Botonera

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18.11.24

NOVEDAD: I. "DESPEDIRSE. FORMAS DE DECIR ADIÓS", Revista Shangrila 46-47, Jesús Rodrigo y Mariel Manrique (coords.), Valencia: Shangrila, 2024



436 páginas - 16x23 cm. - Valencia: Shangrila, 2024



Habrá que iniciar el trabajo de la pena. Cruzar el umbral, adentrarse en el bosque del sueño y la memoria, aprender a conversar con los fantasmas. ¿Cuántas maneras hay de despedirse? ¿Qué sucede después de decir adiós? Amamos animales y personas, padres e hijos, ciudades. Juguetes y zapatos. Amamos lo que tuvimos y perdimos. Paisajes y gestos, texturas. Reconfiguración del amor tras la despedida, mutación de las formas, tránsitos después del fin. Esperanza y desesperación. Dile adiós al que fuiste, a una vida que ya no es tuya. Porque una hendidura la desbarata, un don la martiriza o la libera, porque alguien pasó por ella y la partió en dos. No poder despedirse, no ser capaz de irse, enamorarse de lo que ya no está. Que el cielo protector ampare nuestras pérdidas, tan parecidas a la pérdida de una extremidad. Desaparecer a medida que mengua el cuerpo, entregado a cada evocación. 

Se despiden aquí Ford y Hawks, Renoir y Ozu, Mekas y Lang. Se despliegan formas del adiós (o no) en Tsai Ming-liang, Rivette, Pialat, Duras, Bergman. Pasan Mark Fisher y las sillas de Joseph Kosuth, un diccionario de epitafios, Emily Dickinson con sus herbarios, poemas infantiles y vocaciones, todo el cine de Tarkovski, escenas entrañables de Nicholas Ray. Un relámpago llamado Eduardo Hervás.

Habrá que hacerse fuerte y decir que no. Que hay cosas que no pueden despedirse. La delicadeza y la fe. La posibilidad del milagro. Habrá que asistir a la desmaterialización. Ese tacto en el aire, ese fogonazo seguido de viento.     
         
        


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