Alice Guy es la primera y única mujer directora de cine, productora y propietaria de un estudio de rodaje durante los primeros quince años de la Historia del cine y, en consecuencia, una pionera de la cinematografía. Pero no lo es solo por su condición de mujer, sino como cineasta pionera del cine de los orígenes y del cine de integración narrativa; la única que ve nacer el espectáculo cinematográfico y sobrevive a las constantes transformaciones de la industria en sus dos primeras décadas de existencia y a ambos lados del Atlántico. A lo largo de veinticinco años Guy desempeña simultáneamente varios oficios dentro de cinco sistemas de producción diferenciados y sabe adaptarse tanto a la evolución del lenguaje y las técnicas cinematográficas como a los cambiantes gustos del público, consiguiendo numerosos éxitos de taquilla en dos contextos muy distintos pero igualmente competitivos.
Alice Guy escribe, dirige y produce cientos de películas de entre 20 y 700 metros en Francia y otra setentena de mediometrajes y largometrajes en EE. UU. Con la Gaumont rueda la primera ficción con escenografía de la Historia de cine, inaugurando a su vez el género de fantasía, y un centenar de phonoscènes —precursoras de los filmes sonoros—, pero también introduce prácticas de producción pioneras en el rodaje en exteriores, como la búsqueda sistemática de localizaciones (location scouting) o el rodaje por localizaciones y por puntos de cámara. Con la Solax, la productora independiente que funda y dirige ella misma en EE. UU., contribuye a la consolidación de un incipiente star-system, hace frente a la censura americana y desafía al todopoderoso trust Edison. Tanto en Francia como en Norteamérica, el foco narrativo en el sujeto femenino será un sello identificativo de su obra. Sus personajes femeninos son audaces e independientes —incluso feministas o sufragistas— y sus filmes cuestionan activamente los roles de género, interpelando a nichos de público infrarrepresentados en el cine de sus coetáneos; no solo a las mujeres, pues también dirige el primer filme con un elenco íntegro de actores afroamericanos y produce y codirige el primer filme con un personaje —y un beso— homosexual de la Historia del cine. Su influencia en cineastas posteriores se deja sentir tanto en la filmografía de sus discípulos franceses, pioneros como Victorin Jasset y Louis Feuillade, como en referentes mayúsculos de la cinematografía, como Sergei Eisenstein o Alfred Hitchcock, que citan su obra como inspiración.
IRENE DE LUCAS RAMÓN
Doctora en Comunicación audiovisual por la Universidad de Valencia con una tesis sobre el cine de los orígenes: La pionera oculta: Alice Guy en el origen del cine (2011). Es autora de numerosos artículos de análisis cinematográfico en en revistas especializadas, colaborando regularmente en la revista Shangrila (Shangrila Ediciones) y en la Colección SOLARIS (Solaris. Textos de cine). Entre sus publicaciones destacan los libros: Los Olvidados. La violencia de los excluidos (Tirant lo Blanch, 2008) y Helena Cortesina (Mostra de València Cinema del Mediterrani, IVC La Filmoteca, 2023). Directora y guionista, ha sido premiada en festivales nacionales e internacionales por sus cortometrajes Le Jeu de Dames (2008) y La Marelle (2012), y ha participado en la organización de diversos festivales de cine y cubierto la edición de otros varios para distintas publicaciones.