Botonera

--------------------------------------------------------------

4.10.23

III. "ALICE GUY EN EL ORIGEN DEL CINE", Irene de Lucas Ramón, Valencia: Shangrila, 2023


Inicio del capítulo 3:

LA CARRERA DE ALICE GUY


Alice Guy en el rodaje de La passion (1906)


EVENTOS DESTACADOS EN SU TRAYECTORIA DE CINEASTA 

3.1. Los inicios en Francia con la Gaumont (1894-1907)

Alice Guy tenía apenas veintiún años cuando en marzo de 1894 (79) Léon Gaumont la contrata como secretaria de Le Comptoir Général de Photographie, por entonces bajo el mando de Félix Richard. Un año después, pocos meses antes de que Gaumont le compre la compañía a Richard en julio de 1895, Alice tiene el privilegio de asistir junto a su jefe a la primera proyección parisina del cinematógrafo Lumière. (80) A pesar de ser competidores, a Louis Lumière y Léon Gaumont les unía una larga amistad. (81) Cada verano, Gaumont iba una semana a pescar a la casa de vacaciones de los Lumière y esa cercanía se refleja en la correspondencia que ambos mantuvieron durante años. (82) Prueba de su mutuo aprecio es la acérrima defensa, pública y reiterada (83) que, años después, hará Léon Gaumont de la primacía de los Lumière en la invención del cine, incluso por delante del chronophotographe de Demenÿ –el biographe–, que él mismo adquiere en agosto de 1895 para competir con el cinematógrafo. Nada tiene de extraño, pues, que los hermanos Lumière se desplazaran al despacho de León Gaumont para invitarle en persona a la que sería la primera proyección del cinematógrafo en París. Los Lumière extienden su invitación a Demenÿ –que no pudo asistir y a la joven secretaria que casualmente se encontraba en el despacho. Guy relata en sus memorias la invitación de los Lumière, dando cuenta del secretismo que rodeaba el evento, así como la experiencia de asistir a esta proyección histórica: 

Gaumont recibió la visita de dos viejos amigos: Auguste y Louis Lumière. Acababan de invitarle a asistir a una velada en la Société d’Encouragement à l’Industrie Nationale, donde los dos hermanos iban a presentar una nueva máquina de su invención. Yo asistí a la conversación y me invitaron igualmente, pero se negaron a darnos más explicaciones sobre el aparato. ‘Ya verán’, dijeron, ‘es una sorpresa’. Habiendo despertado nuestra curiosidad, nos cuidamos de no perdernos esta sesión. Cuando llegamos, una sábana blanca estaba colgada en una de las paredes de la sala; al otro extremo, uno de los hermanos Lumière manipulaba un aparato que se asemejaba a una linterna mágica. Se hizo la oscuridad y vimos aparecer sobre esta pantalla improvisada, la fábrica Lumière. Las puertas se abrieron, una marea de obreros salió de ella, gesticulando, riendo, digiriéndose al restaurante, o a su casa. Más adelante se sucedieron los filmes, convertidos en clásicos, la llegada del tren a la estación, el regador regado, etc. Acabábamos de asistir sencillamente al nacimiento del cine. (84)

79. Aunque en sus memorias Guy data su primer encuentro con Gaumont de marzo 1895, el mismo mes que la primera proyección Lumière (22 de marzo), tanto Slide como Clouzot y McMachan creen que se debe a una confusión de Guy con las fechas. Guy también dice haber estado presente durante la ‘primera’ visita de Demenÿ a la oficina de Gaumont, cuando este hizo una demostración del phonoscope y le ofreció la patente, sin embargo su primera visita fue la de enero de 1895, cuando la compañía aún pertenecía a Richard. En julio de ese mismo año se volverá a presentar ante Gaumont (que acababa de comprarle la compañía a Richard) y, coincidiendo con el cambio de nombre de la compañía un mes después, en agosto de 1895, Léon comprará las patentes del phonoscope y el biographe, como relata Guy. Caben dos hipótesis: la primera es que Guy ignora la primera visita de Demenÿ porque en enero de 1895 aún no se había incorporado al Comptoir y sólo habría presenciado la visita de julio. La segunda es que Guy confunde las dos visitas con una sola –la de julio–, pues ambas tuvieron el mismo objeto y transcurren con apenas seis meses de diferencia. Atendiendo a la cronología de su propio relato, Guy ya era secretaria en el Comptoir al menos tres meses antes de que los Lumière le extiendan la invitación para asistir a su primera proyección [GUY, Alice, op.cit., p.56], lo que la sitúa en el Comptoir en enero de 1895, cuando Demenÿ le ofrece las patentes a Richard. Así, parece más probable que Guy confunda la fecha de su incorporación, que sería el mes de marzo de un año antes, como se indica en un artículo de 1957 que relata la entrevista en la que la contratan: “Esta fue la respuesta que M. Léon Gaumont, por entonces apoderado del Comptoir Général de Photographie, recibió a bocajarro un buen día de 1894”. De hecho, la propia Guy expresa sus dudas respecto a esta fecha en su redacción: “En marzo de 1895, si mis recuerdos son exactos…”, algo que no sucede con otros eventos de su relato, como la fecha de realización de su ópera prima. 

SLIDE, Anthony, The memoirs of Alice Guy Blaché. Translated by Roberta & Simone Blaché. Filmmakers, No12, Metuchen, New Jersey: The Scarecrow Press, Inc., 1986, p.15.

MCMAHAN, Alison, op. cit., p.xix.

GUY, Alice, op. cit., p.45, nota 1.

GAUMONT, Louis, “Alice Guy Blaché fut en France et aux Etats-Unis la première femme metteur en scène de cinéma”, Films et documents. Revue des techniques audiovisuelles (Août, 1957)

80. GUY, Alice, op. cit., p.60.

81. Como se aprecia en la carta de Léon Gaumont a Louis Lumière del 13 de julio de 1895, agradeciendo la invitación a la proyección del cinematógrafo y compartiendo sus impresiones y su entusiasmo al respecto. Consultable en: DE LUCAS, Irene, La pionera oculta. Alice Guy en el origen del cine, tomo II, p.89. <https://www.tdx.cat/handle/10803/81302#page=1>

82. La correspondencia íntegra entre Louis Lumière y Léon Gaumont se conserva en los archivos del BIFI de la Cinémathèque Française de París. Dos de estas cartas pueden consultarse en: DE LUCAS Irene, op. cit., tomo II, p.87.

83. En su carta a Louis Lumière del 8 de marzo de 1918, Gaumont afirma haberse negado a apoyar el comité constituido para honorar a Georges Demenÿ al entender que su reivindicación de que Demenÿ había inventado el chronophotographe antes que los Lumière el cinematógrafo era injusta e inexacta. Y el 11 de septiembre de 1930 Gaumont envía una carta al director del periódico Le Figaro en defensa de la primacía de los Lumière en la invención del cine. [Ambos documentos pueden consultarse en: DE LUCAS Irene, op. cit. —Carta del 8 de marzo de 1918, tomo II, p.93; y Carta de Léon Gaumont a M. Coty, tomo II, p.97]. Asimismo, en 1934 Gaumont también defiende activamente la precedencia histórica de la cámara Lumière a la de Messter, como indica en su correspondencia con Louis Lumière entre mayo y junio de 1934. 

84. GUY, Alice, op. cit., pp.59-60.

Esta primera proyección privada en sala tuvo lugar en la Société d’encouragement à l’industrie nationale el 22 de marzo de 1895 en París, y en el curso del mismo año realizan otras once proyecciones similares en Francia (en Paris, Lyon, La Ciotat y Grenoble) y en Bélgica (Bruselas, Louvain). (85) Organizadas por los Lumière en el marco de la campaña de promoción de su invento, estas primeras proyecciones en congresos y sociedades fotográficas se realizaban ante un público selecto, principalmente miembros de la industria, por lo que solo se podía asistir con invitación. Su objetivo era generar la suficiente expectación para garantizar el éxito posterior de su primera proyección abierta al público, la famosa proyección de pago en el Salon Indien del Grand Café de París, en el número 14 del boulevard des Capucines, que tendrá lugar el 28 de diciembre de 1895, proyección a la que sí asiste Georges Méliès. (86)

85. La lista de proyecciones privadas que preceden a la proyección del Salon Indien, con fecha, lugar y programa de cada una, puede consultarse en la web del Institut Lumière: <https://www.institut-lumiere.org/musee/les-freres-lumiere-et-leurs-inventions/cinematographe/les-projections-privées-du-cinématographe.html>

86. No es seguro que también asistiera Alice Guy, aunque en su descripción del programa de la sesión privada hace referencia a varios filmes que se proyectarán en la sesión pública del Salon Indien y en otras posteriores, pero no así en la del 22 de marzo.

El azar quiso así que una simple secretaria fuera invitada en persona por los inventores del cinematógrafo a ser testigo del nacimiento del espectáculo cinematográfico. Su presencia en este evento la singulariza en la Historia del cine como la única pionera de los orígenes, junto al propio inventor, Louis Lumière, en asistir a la primera proyección cinematográfica con público de la Historia. Es también un momento clave en su vida profesional. Alice Guy intuye desde el primer momento su inmenso potencial narrativo, no ya para plasmar la realidad, sino para crear relatos de ficción. A diferencia de Léon Gaumont, atraído por las prestaciones técnicas del cinematógrafo y su potencial comercial, lo que fascina a Guy no es la cámara sino la película en sí misma y las infinitas posibilidades narrativas que ofrecía este nuevo medio. 

Apenas cuatro meses después, Gaumont compra las patentes de Demenÿ y saca a la venta ambos aparatos –el bioscope y el biographe– a finales de 1895, sustituyéndolos poco después por la primera cámara-proyector de la compañía, el Chronophotographe Demenÿ-Gaumont, que también utiliza película de 60 mm y que, si bien la patente es del mes de junio, al parecer sale a la venta en marzo/abril de 1896. Para entonces la compañía ha empezado a rodar pequeños filmes a modo de demostración del buen funcionamiento del aparato, en su mayoría filmados por trabajadores del laboratorio y algunos operadores que establecieron una relación comercial de franquicia con la firma Gaumont. Producidos únicamente como reclamo para vender cámaras y no con el fin de comercializarlos para su proyección, estos filmes de apenas 20 metros servían para mostrar a los clientes las posibilidades que ofrecía el chronophotographe y a menudo se incluían directamente con la compra de aparato como muestrario, por lo que Gaumont no les prestaba especial atención. Aunque no es descartable, como sugiere Breton, que con su avezado ojo comercial Léon Gaumont ya intuyera que la falta de originalidad de estos filmes podría acabar afectando a la venta de aparatos y estuviera abierto a nuevas propuestas: “los fragmentos de filmes que se incluían: inspecciones militares, inundaciones, visitas de reyes o de presidentes. (…) Todo era un poco monótono. Se siente el hartazgo. Si no se encontraba rápido otra cosa, la venta de aparatos corría el riesgo de desplomarse”. (87)

87. BRETON, Emile, Femmes d’images, Paris: Messidor, 1984, p.13.

Convencida de que una historia ficcional podía resultar más atractiva que la mera captación de la realidad, es en torno a estas fechas cuando Guy se anima a pedirle permiso a su jefe para rodar algunos cortometrajes de ficción en su tiempo libre, que servirían en todo caso para promocionar la venta de cámaras, como ya se venía haciendo con las tiras de actualidad amateur: 

A Gaumont, como a Lumière, les interesaba ante todo la resolución de los problemas mecánicos. Era un aparato más que poner a disposición de su clientela. El interés que podía presentar la toma de imágenes como un medio de educación o de distracción no parecía haber captado su atención. Sin embargo, en la callejuela de Sonneries habíamos creado un pequeño laboratorio para el revelado e impresión de cortometrajes: desfiles de tropas, andenes de estaciones, rodadas por el personal de los laboratorios, que servían como filmes de muestra que siempre giraban en torno a lo mismo. 

Hija de un editor, había leído mucho y retenido bastante. Había hecho un poco de teatro amateur y pensaba que podíamos hacerlo mejor. Armándome de coraje, le propuse tímidamente a Gaumont escribir uno o dos sainetes y que unos amigos los interpretaran. Si se hubiera sabido el desarrollo que alcanzaría el negocio, nunca habría obtenido este consentimiento. 

Mi juventud, mi inexperiencia, mi sexo, todo conspiraba contra mí. No obstante, la obtuve, a condición expresa de que no afectara a mis funciones como secretaria. (88)

88. GUY, Alice, op. cit., pp.60-61

Según este relato, la andadura cinematográfica de Alice Guy empieza por iniciativa propia. Es ella quien quiere probar a dirigir filmes con el chronophotographe, ella quien prefiere desde el primer momento rodar películas de ficción y también es ella quien se lo propone a su jefe, al que convence apelando a su instinto comercial. En las memorias de Alice Guy toda la agency (89) es suya desde el inicio de su carrera. Sin embargo, varios historiadores atribuyen esta iniciativa al propio Gaumont, afirmando que habría encargado a su secretaria rodar una serie de filmes para hacer frente a una creciente demanda de la clientela. (90) Este aspecto es importante porque afecta a la polémica e interrogantes que rodean la fecha de realización del primer filme de Guy: La fée aux choux (1896/ 1900, Alice Guy), y con ello, a la fecha de inicio de su carrera. (91)

89. Este término anglófono se refiere a la capacidad de una persona/personaje de actuar o pasar a la acción en una situación dada, en todo caso, de poder elegir qué acción tomar cuando esta se presenta.

90. Empezando por Sadoul, en su primera edición de Histoire Général du Cinéma, que luego reedita con múltiples correcciones, varias referentes a Guy: “Pero la clientela de Gaumont le pide filmes de puesta en escena, y este le pide a su secretaria, Mlle Alice Guy, que se encargue de ello.” [SADOUL, Georges, op. cit., p78]. Y medio siglo después, Abel: “Encargan a la joven secretaria de Léon Gaumont, Alice Guy o ‘Mademoiselle Alice’, producir filmes cortos para su promoción. Reconociendo el valor comercial de los filmes en sí mismos, Gaumont le asignó a Guy un operador, Anatole Thiberville, para producir filmes cómicos (sacados por ejemplo de postales ilustradas) y filmes de ballet así como actualités de forma regular.”—ABEL, Richard, The ciné goes to town, op. cit., p.11.

91. La polémica en torno a la fecha de realización de este filme, sus múltiples versiones (1896, 1900) y remakes, así como el peso específico de esta película en la Historia del cine en función de su datación se trata en profundidad en el capítulo 2 de la Segunda parte.

Más allá de lo inverosímil que resulta que Gaumont recurriera a una joven secretaria sin experiencia alguna en la realización de filmes ni en la captación de imágenes, atribuir el inicio de la carrera de Guy a una supuesta petición de Gaumont implica necesariamente retrasar la fecha de realización de su primer filme, como mínimo hasta 1898. Y es que hasta esta fecha (más allá de algún contrato puntual con teatros y salas de exhibición como el encargo de La biche au bois que firma con el Teatro Châtelet) todo apunta a que no existía una demanda tal por los filmes del Chronophotographe que justificara un supuesto encargo de Gaumont a su secretaria. Es precisamente en torno a 1898 cuando el éxito de ventas del catálogo Pathé parece inspirar un cambio de estrategia comercial de la compañía Gaumont. De hecho, es en 1898 cuando Gaumont firma un contrato con A. C. Bromhead para la comercialización de sus filmes y no solo para la venta de equipamiento, un claro indicador de que a partir de ese momento la compañía pasa de centrarse exclusivamente en el desarrollo tecnológico y la venta de aparatos a abrir una nueva rama de producción de filmes para su venta y distribución independiente. Así, la iniciativa de Gaumont no podría haberse dado mucho antes de 1898 o incluso 1899, coincidiendo con el inicio de su venta de proyectores adaptados a filmes de 35 mm. Ello invalidaría a su vez la hipotética existencia de una versión original del filme de Guy en 60 mm –como ella defiende– actualmente perdida, y que sería anterior a la copia que se conserva en 35 mm, datada de 1900, en tanto la versión original en 60mm solo podría haberse realizado en este formato antes de 1897, año en que Decaux adapta el chronophotographe al negativo de 35 mm.

Lo cierto es que el relato que Guy siempre defendió en vida es congruente con varios hitos comprobados de la historia de la compañía. Por un lado, la fecha en la que sale a la venta el chronophotographe Demenÿ-Gaumont es compatible –y oportuna– con que Guy se sirviera de esta cámara para el rodaje de su primer filme, y por otro, la construcción del laboratorio Gaumont a la que hace referencia Guy, cerca de la ruelle des Sonneries, también ronda estas mismas fechas. Léon Gaumont asume la dirección del Comptoir Général de la Photographie en 1895, por entonces este consistía únicamente en un establecimiento situado en el 52 de la rue Saint Roch, pero ese mismo año Gaumont alquila un pequeño taller en el 28 de la rue des Alouettes (92) para desarrollar allí los trabajos fotográficos del Comptoir. (Figuras 104 y 105)

92. Esta porción de la calle es actualmente la Rue Carducci. 



(Figura 104) Una foto de la Rue Saint-Roch. (Figura. 105) Una postal de la Rue des Alouettes [© Musée Carnavalet] 



Para entonces, su esposa ya había heredado una casa situada también en el barrio de Belleville, en el número 55 de la rue de la Villette, cuyo amplio jardín bordeaba el lote baldío de los depósitos de agua del parque Buttes Chaumont (93) y desembocaba al fondo en un callejón: la ruelle des Sonneries. Tras emprender la fabricación del chronophotographe Demenÿ-Gaumont, a finales de 1896 Gaumont empieza la construcción de un taller de manufactura de la cámara con un laboratorio de revelado de filmes en ese mismo jardín. (94) (Figura 106)


(Figura 106) Al norte pueden verse los depósitos de agua del parque. El círculo en el extremo derecho identifica la casa de la esposa de Léon Gaumont, en el número 55 de rue de la rue de la Villette. En el jardín de esa propiedad se sitúa la terraza asfaltada –orientada hacia el sur– donde Guy rueda sus primeros filmes (círculo superior, tercero desde la izquierda). Gaumont construye su primer taller justo al final del jardín (círculo inferior, segundo desde la izquierda) en enero de 1897, situándolo en el límite de su propiedad, colindante con la ruelle de Sonneries. Al otro lado de esta callejuela, en el círculo del extremo izquierdo, se sitúa la casa que Gaumont le alquilará a Alice Guy. [© http://plateauhassard.blogspot.com]


93. Pues el agua de este parque provenía en realidad del Bassin de la Villette, y se recogía en estos depósitos.

94. Según los documentos conservados en los Archives de Paris, Gaumont presenta su petición para empezar la construcción el 23 de diciembre de 1896 y recibe la autorización el 15 de enero de 1897. El 17 de marzo ya se habían completado las obras, pues se procede a solicitar su revisión por parte del Commissaire voyer del 19e arrondissement, que lo constata el 22 de julio de 1897. —GIANIATI, Maurice, MANNONI, Laurent, Alice Guy, Léon Gaumont et les débuts du film sonore, New Barnet: John Libbey, 2012. 


Guy menciona estos terrenos y la creación de ambos talleres después de que León Gaumont compre el Comptoir, lo que cronológicamente sería correcto, y, si bien sitúa su construcción “en el curso del mismo año” en el que reciben a Demenÿ, también menciona una serie de aparatos cuya manufactura empieza en 1896:

Sobre los terrenos que su mujer poseía en Belleville, Gaumont organizó talleres modelo para la fabricación de aparatos de su invención: spido, stéréo-spido (95), etc., además de un taller para el revelado e impresión de trabajos fotográficos, cuyo número aumentaba a diario. (96)

95. Ambas cámaras fotográficas concebidas como aparatos rígidos y portátiles –a mano–: spido y spido universal 9x12 y stéréospidos 6x13 y 8x16, además de aparatos plegables: spido-pliant 9x12, block-notes y stéréos block-notes. Los spido se manufacturan a partir de 1896, tanto estos como el stéréo-spido obtienen el Grand Prix en la Exposición de París de 1900. —GUY, Alice, op. cit., p.59, nota 1.

96. GUY, Alice, op. cit., p.59.

Precisamente en el jardín de estos terrenos es donde Guy dice haber rodado La fée aux choux en la primavera de 1896 (figura 107), por entonces aún no se habían construido los talleres –no hasta siete meses después–, pero su inciso puede entenderse como una referencia espacial a un edificio que se construye poco después, para ayudar a situar la terraza en cuestión:

En Belleville, junto a los talleres de impresión de trabajos fotográficos, me concedieron una terraza en desuso, con el suelo asfaltado (lo que imposibilitaba plantar un verdadero decorado), cubierta por una cristalera inestable que se abría sobre un terreno vago. Es en este palacio donde di mis primeros pasos. (…) y mi primer filme, La fée aux choux, vio la luz. (97)

97. Ibid., pp.62-63.


(Figura 107) “Una reproducción del jardín donde plantamos, Anatole Thiberville y yo, nuestro primer aparato de filmación”. El pintor es René Serand, hermano de Yvonne [© Alice Guy, 1976]


Guy también relata cómo se complican sus jornadas a partir de este momento, pues debe presentarse en las oficinas de la rue St.Roch a primera hora del día para gestionar el correo y luego correr hasta lo alto de Belleville para poder rodar filmes en este jardín, sabiendo que a las 16:30h debía estar de vuelta en la oficina, de la que no regresaba a su amada buhardilla del quai Malaquais hasta casi la medianoche. De ahí que, poco después de ese primer rodaje, y a petición del propio Gaumont, Guy acceda a mudarse al barrio de Belleville, junto al famoso jardín.


[...]