Botonera

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28.9.22

IV. "ENSAYOS SOBRE JEAN-CLAUDE ROUSSEAU", VV. AA. (Valencia: Shangrila, 2022)




LA SOLEDAD SONORA
LA VALLÉE CLOSE COMO CINE DE POESÍA
(fragmento inicial)

Javier Oliva


La Vallée close (1995)



En 1965, Pasolini y Rohmer actualizaron la antigua polémica de los teóricos soviéticos sobre cine de poesía frente a cine de prosa. La expresión “cine de poesía”, más propia de un poeta que de un semiólogo, fue muy criticada, y no solo por Rohmer. No obstante, estas críticas no han disuadido de su uso a los comentaristas cinematográficos. Las críticas apuntan a la imprecisión: en sentido literal, si limitamos el concepto de poesía a un género literario, la expresión no significa nada aplicada al cine –salvo acaso para obras como Toute révolution est un coup de dés (Straub y Huillet, 1982) Pero hay otros sentidos, aparte de los más literales; el término procede del griego poiesis, “creación”. Baste recordar que Filón de Alejandría describía las obras de la naturaleza como “el poema de Dios”. (1)

1. Citado en HADOT, Pierre, El velo de Isis, Barcelona: Alpha Decay, 2015.

Este texto pretende acercarse a La Vallée close, película de Jean-Claude Rousseau realizada entre 1985 y 1995, desde la perspectiva del cine de poesía. Para ello, examinaremos algunas de los posibles sentidos de la expresión en relación con la película –cuyo título alude al valle del río Sorgue, que nace en las afueras de la localidad de Fontaine-de-Vaucluse, en una espectacular surgencia situada en la base de un acantilado de roca caliza de más de 200 metros de altura.

Las películas de Jean-Claude Rousseau carecen de narración en un sentido convencional, lo que en principio las distingue del cine “de prosa”, y suelen ser de duración breve. Sus dos largometrajes realizados con medios analógicos (película de Super 8 filmada con una cámara que pertenecía a sus padres, y sonido post-sincronizado) se presentan expresamente con una advocación poética. Les Antiquités de Rome (1991) está compuesta como una suma de piezas que responden, en su propio campo de expresión, a la colección de sonetos del mismo título de Joaquim du Bellay. La Vallée close remite a Petrarca, que vivió en su madurez en Fontaine-de-Vaucluse, y es invocado al final de la película a través de unas placas ancladas en la roca en el camino que conduce a la surgencia.

La poesía como modelo de organización

Como referencia poética, las placas dedicadas a Petrarca podrían considerarse una mera anécdota; pero el cineasta ha explicado que la construcción formal de la película se inspira en la estructura métrica de una sextina doble. Aunque los distintos episodios de Les Antiquités de Rome comparten unidad de lugar y elementos de composición, La Vallée close, con su construcción a la manera de un largo poema único, transmite una sensación mucho más intensa de unidad e interconexión entre sus partes, y ello pese a haber sido filmada de manera discontinua a lo largo de varios años.

La sextina fue inventada por el trovador Arnaut Daniel, y luego utilizada por Dante, Petrarca y otros poetas. No se trata solo de una forma medieval y renacentista: en el contexto francés reciente, autores ligados al Taller de Literatura Potencial conocido por las siglas Oulipo, desde Raymond Queneau hasta Jacques Roubaud o Hervé Le Tellier, han prestado atención a la sextina. El propio Rousseau ha aludido implícitamente a Queneau al referirse a este modelo de organización como una especie de “ejercicio de estilo”. En su forma doble, la sextina es una estructura amplia (75 versos) pero tan trabada como la de un soneto; no se basa en una rima convencional, basada en la repetición abstracta de sonidos, sino en palabras-rima que retornan en cada una de las estrofas siguiendo un orden rigurosamente establecido: la repetición de sonidos se alía a la permutación de conceptos.

He aquí una primera acepción de lo poético que puede rimar con la práctica del cine: su aspecto técnico, de creación de estructuras basadas en la repetición y la variación, susceptible de aplicarse tanto a secuencias de palabras como de imágenes y sonidos. Ningún poeta y ninguna tradición representan esto mejor que Petrarca y el petrarquismo: un ars combinatoria, en la que basta redistribuir las piezas para crear nueva poesía (en palabras de Francisco Rico).

La sextina consta de seis estrofas de seis versos, rematada por una tornada o coda de tres. Las palabras finales de cada verso son las mismas en todas las estrofas, siguiendo el esquema: ABCDEF – FAEBDC – CFDABE – ECBFAD – DEACFB – BDFECA. La sextina doble repite este esquema, en un total de doce estrofas. Los tres versos finales de la tornada retoman las seis palabras-rima incluyendo dos en cada verso.

Si Jean-Claude Rousseau no hubiera hablado de la sextina, ¿alguien habría pensado en ella al ver La Vallée close[...]




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