INTRODUCCIÓN
Chema López
Chema López, Remake (2010) –serie Print the legend–.
Políptico formador por: cuatro cuadros (dos son óleo sobre lino de 170 x 122 cm.,
y dos acrílico sobre tela de 63 x 67 cm.), un vinilo y un vídeo de 2’ 20” de duración.
Una imagen persistente, la de un hombre que muere asesinado por la espalda mientras cuelga un cuadro, es el inicio de un proyecto que comenzó como pintura y ha terminado convertido en el texto híbrido que se disponen a leer. Como todas las imágenes que nos marcan, su origen posiblemente se remonte a nuestras primerísimas experiencias visuales y al visionado fragmentado pero repetitivo de aquellas películas del oeste que constantemente la televisión pública de la época programaba y emitía los sábados por la tarde. Cuenta la leyenda que el bandido Jesse James murió frente a un cuadro cuando trataba de colgarlo, de quitarle el polvo o de enderezarlo –este detalle varía según las distintas versiones del relato–. En todas las películas sobre las andanzas del forajido se representa su final a manos de un miembro de su banda, quien, aprovechando un descuido, le dispara por la espalda a traición. Robert Ford, el asesino, así lo muestran también las películas, acabó sus días de pueblo en pueblo escenificando en teatros el vergonzoso y cobarde crimen que le hizo famoso.
La imagen del hombre que fue muerto ante una pintura dio lugar en el año 2010 al cuadro políptico, o instalación pictórica, Remake, realizado por quien firma este libro y consistente en dos cuadros ovalados de 170 x 122 cm., otras dos pinturas de 63 x 67 cm., un texto de vinilo sobre pared, y un vídeo de 2’ 20” de duración. El cuadro fue incluido en la exposición individual titulada Sobre héroes y tumbas, celebrada aquel mismo año. La Galería Valle Ortí editó para la ocasión una hoja de sala, ilustrada con un retrato ecuestre de Walter Benjamin, donde se apuntaba, entre otras cosas, lo que sigue: “Sobre civilización y barbarie, sobre la cultura y sus usos laudatorios, mixtificadores o edulcorantes […] Sobre héroes infames y sobre infames convertidos en héroes. Sobre un pintor, un pistolero, un estadista y un músico. Las imposturas de la historia y las verdades de la ficción. Sobre la repetición, la copia y el remake. Sobre realidades creadas a base de repetir mentiras. Sobre la obsesión de reproducir a mano imágenes generadas mecánicamente. Fotografías pintadas y cuadros filmados. Libros dibujados y pinturas para leer acompañadas de dibujos que actúan como notas a pie”.
Chema López, Forajidos de leyenda (2014) –serie Print the legend–. Óleo sobre lino 33 x 46 cm. Retrato ecuestre a partir de una fotografía
de Walter Benjamin, con cuatro años, en la playa de Heringsdorf (1896).
Ahondando en esta línea y a partir del citado políptico, las páginas que siguen quisieran inducir a la reflexión, de forma circular, en torno a los conceptos de representación, repetición, originalidad y copia, fundamentales en todo proceso de creación cultural, así como respecto a la ficcionalización de la realidad y la necesidad de elaborar leyendas que configuran mitos significantes susceptibles de desplazar el relato histórico inicial, supuestamente más objetivo. Al ser pintor el que suscribe, piensa que la mejor manera de enfrentar determinados temas de su interés es a partir de la práctica pictórica. Este texto es una sistematización a posteriori de lo que en principio fue un proceso intuitivo que surgió a la hora de plantear una pintura inspirada en la mitificación a través del cine del personaje histórico de James Woodson James (1847-1882), conocido popularmente como Jesse James, cuya leyenda hunde sus raíces tanto en el relato oral como en el folclore popular. Este es el motivo de haber elegido una pieza de producción pictórica propia como origen para una reflexión escrita, lo que quizás explique también la estructura de este libro, en el que se indagará sobre un personaje histórico y los documentos fotográficos que evidenciarían en principio su existencia; sobre la creación de su leyenda (toda una filmografía, una amplia serie de películas de distinta calidad); sobre el relato oral que la forjó (una antigua canción popular o balada folk con innumerables versiones y adaptaciones); y, para finalizar, sobre el cuadro políptico que surgió de todo ello y que sirve de bóveda o punto de partida para la elaboración del presente escrito. Por otra parte, este libro es a su vez un remake de un breve texto anterior –El ladrón y el copista– revisado, adaptado y ampliado en este volumen.
Gracias a la publicación de El ladrón y el copista (10) conocí a Manuel Arranz, quien sin tener ninguna referencia previa sobre el “autor” escribió una reseña muy generosa sobre el libro en el suplemento cultural del diario Levante. Arranz es ahora el culpable de esta otra publicación, así como su prologuista. Fue él quien me insistió durante años en que siguiera escribiendo y también quien envió el primer borrador del texto a Jesús Rodrigo García, el entusiasta editor que ha hecho posible esta nueva edición, realizada con exquisita meticulosidad y tan profusamente ilustrada.
10. López, Chema, El ladrón y el copista. Duplicaciones y repeticiones para crear realidad desde la ficción, Colección Cuadernos de imagen y reflexión nº 13, Valencia: Editorial Universitat Politècnica de València, 2012.
