HECHICERAS DE GRECIA Y ROMA
RAÚL MARTÍN CALATAYUD
Detalle del cuadro Sexto Pompeyo consultando a Erichtho antes de la batalla de Farsalia,
John Hamilton Mortimer (1740-1779). Colección particular
ἀλλὰ Σελάνα, φαῖνε καλόν: τὶν γὰρ ποταείσομαι ἅσυχα
Luce, Luna, brillante: a ti, muy quedo,
entonaré mis encantamientos.
Teócrito, Idilios II, 10-11
Los conceptos de magia, brujería y hechicería, así como la imagen de sus practicantes, que en la actualidad tenemos relativamente bien asentados y delimitados por la tradición cultural, se difuminan en cuanto nos acercamos al mundo grecolatino por muchas y diversas razones. Nos enfrentamos a la concepción de un fenómeno y de unos actores y actrices de éste que no mantiene un sentido unívoco y unificado, pues varía en función del tiempo, del espacio geográfico y del contexto cultural, y asimismo nos arriesgamos a que esta visión se encuentre sesgada en los autores literarios, y que los materiales conservados relativos a las prácticas mágicas sólo constituyan una muestra puntual de un todo más rico y complejo, de igual forma que la pertinente a testimonios no literarios, como puedan ser las leyes o edictos.
Nos planteamos pues, sobre una base conceptual poco estable y sin casi argumentos no literarios, qué es una hechicera, qué lugar ocupa en su contexto sociocultural, qué imagen se tiene de ella y por qué razones. Por todo ello, y por motivos de extensión, realizaremos una visita, respetando en la medida de lo posible un orden cronológico y arquetípico, a las figuras femeninas de la magia más significativas y a los testimonios que nos ayuden a ampliar nuestra visión de ellas, haciendo hincapié en la terminología empleada, ya que la lengua, en este caso la griega y la latina, constituye una representación de la realia de la sociedad. Y aunque el lector podría preguntarse por el sentido de otorgar tanta importancia a la literatura, si en el mundo antiguo ésta representaría principalmente a unas determinadas clases sociales, con unos fines estilísticos, morales y poéticos singulares, alejados de la realidad histórica, no obstante es menester recordar que, al fin y al cabo, la cultura es un motor social que influye variablemente a todas las capas de la población, y el autor escribe sobre lo que sabe y conoce. Como afirma Menandro: homo sum, humani nihil a me alienum puto. (1)
1. Ter. Heaut. 1. 1. 25: “soy humano, considero que nada de lo humano me es ajeno”.
Circe. La divina
La historia de la hechicería griega y romana como constructo literario comienza con la divina Circe de Homero. (2) Es la primera figura relacionada con la magia transmitida por la epopeya oral homérica y en ella se congregan una serie de elementos definitorios, aunque no definitivos, que en su conjunto van a otorgarle una idea arquetípica de la figura de la hechicera en la literatura y la cultura grecolatina. Uno de ellos, en cambio, es el de una ausencia terminológica que la defina de una manera que pueda traducirse como hechicera. (3) Los elementos a destacar aparecen temprano, en los comienzos del canto X de la Odisea, cuando los compañeros de Odiseo en torno a su morada contemplan a sus animales salvajes hechizados (4) mediante φάρμακα (212-13) (5), el mismo término utilizado cuando ellos mismos son transformados en cerdos (233-40) (6), y relacionado con éste tenemos el epíteto πολυφαρμάκου (276), i.e. la rica en φάρμακα, apelativo que ya en Homero no puede considerarse exclusivo de la magia. (7) Más adelante Hermes (8) se aparece a Odiseo (289-95) para prevenirle sobre Circe y ayudarle a protegerse de su magia con otro φάρμακον, la planta μῶλυ, con la que Odiseo podrá someterla (315-20). Así la divina Circe mediante otro φάρμακον, en este caso en forma de ungüento (388-96), devuelve a los compañeros a su forma humana, y ofrecerá al héroe su ayuda. (9) Este personaje va a prefigurar marcadamente actos y capacidades de las hechiceras posteriores, y aunque no tiene asignada esa etiqueta, de facto ocupa esa categoría (Watson, 2019: 169).
3. Su calificativo más común es el de diosa. v., entre otros versos, Hom. Od. 10. 136, 220, 229.
4. Κατέθελξεν, verbo compuesto de Θέλγω: Chantraine; LSJ, encantar, hechizar. Καταθέλγω: LSJ, específicamente, someter mediante encantamiento. Lindsay C.
5. Φάρμακον: LSJ, comprende los significados de poción, filtro o producto en cuyo proceso de preparación se haya visto envuelto el uso de hierbas o raíces, extendido su uso también como veneno, remedio, medicamento, droga. Acabará sufriendo un desplazamiento semántico mediante el cual se empleará con el significado de hechizo, encantamiento, y va a tener como paralelo en la lengua latina el término venenum.
6. También con su vara (Ibid. 238), ῥάβδῳ: LSJ, un instrumento mágico singular, sin paralelo en toda la hechicería grecolatina, más ligado a la órbita de los cetros o bastones, portadores de un poder especial, empleados por dioses como Hermes o Atenea. Sobre este tipo de objetos, v. Calvo, J. L., “Magia literaria y magia real”, en Religión, magia y mitología en la antigüedad clásica, Calvo, J. L. (coord.), Granada: Universidad de Granada, 1998.
7. Hom. Il. 16.28 en referencia los médicos, en una interpretación más cercana a los de muchas medicinas.
8. Hermes: Grimal, dios ligado en parte al inframundo (es ψυχοπομπóς, i.e. portador de almas) y a la magia.
9. Ibid. 516-37. Según algunos estudiosos en el ritual que Odiseo lleva a cabo en el inframundo para hablar con Tiresias, según las instrucciones de Circe, encontraríamos una referencia mágica vista en la épica homérica a través del filtro de “lo maravilloso,” v. Calvo, J. L., op. cit., p.43. Cf. Aesch. Pers. 686-88, la invocación del alma del rey Darío en una ceremonia considerada de nigromancia.
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