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5.2.22

III. "LA BATALLA DE SITGES. CINE Y DISIDENCIA EN VÍSPERAS DEL 68", Jean-Paul Aubert / Xose Prieto Souto, Valencia: Shangrila 2022






INTRODUCCIÓN
(Completa)


Román Gubern


Este libro nació como proyecto en 2016 cuando el profesor Román Gubern, desde su capacidad para generar redes y contactos, hizo que nuestros caminos investigadores se cruzasen. Nosotros compartíamos un sincero interés hacia los trabajos de Gubern, e incluso hacia su propia trayectoria personal, intelectual y política, que también tiene presencia en el libro que están ustedes comenzando a leer. En los encuentros que habíamos tenido con él por separado nos había hablado a cada uno de las investigaciones que el otro estaba llevando a cabo y nos animó a poner en común nuestras inquietudes porque eran próximas. 

La oportunidad de conocernos en persona surgiría en la sede de Getafe de la Universidad Carlos III de Madrid. Un encuentro que se produjo en relación al segundo aspecto que propició la confluencia de intereses investigadores que dan origen al presente libro. En este caso, gracias a la mediación de Manuel Palacio, entonces decano de la Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación, se había conseguido que parte del archivo personal del crítico cinematográfico David Pérez Merinero acabase depositado en la biblioteca de esa institución. Entre la documentación que hoy se puede consultar en la ciudad de Getafe se conservan algunas curiosidades, como los originales de los denominados Peeping Tom, boletines del cineclub madrileño ACOP, del Colegio Obispo Perelló, que tenía entre sus promotores a los hermanos Pérez Merinero, tanto a Carlos como a David, y que han nutrido nuestra investigación. Vistos desde hoy quedan como vestigios de un modo joven de entender el cine, especialmente aquel que exploraba caminos alternativos, y también de la activa cultura cineclubística que pervivía en esos inicios de los años setenta. 

Mientras se gestionaba este depósito documental con la biblioteca, David Pérez Merinero bromeaba con que quizá estos viejos documentos le interesasen a algún inquieto hispanista venido del extranjero. Aunque el hipotético investigador que imaginaba Pérez Merinero con humor lo situaba en un futurible profesor procedente de una universidad americana, lo que realmente sucedió fue que el primer investigador que consultó su depósito llegó desde Niza, avisado precisamente por Román Gubern, quien se había enterado de que esta documentación existía. Se produjo así el encuentro entre las dos mitades autorales de este libro. Por un lado, el investigador que pone rumbo desde la Costa Azul hasta la capital del Madrid Sur para consultar archivos relacionados con el cine español. Por otro lado, la persona al que se le asigna la grata tarea de hacer de cicerone porque su investigación había sido el origen de que ese pequeño depósito documental se conservase en la Universidad Carlos III de Madrid. 

A lo largo de esta visita se produce el tercer aspecto que ya concreta de modo muy claro el objeto de estudio del libro. Aunque, hasta entonces nuestra labor se estaba desarrollando en territorios muy próximos, estos no habían sido exactamente coincidentes. Sin embargo, a lo largo de nuestra primera conversación se evidenció que, como punto medio de nuestros intereses, se situaba la experiencia de las Jornadas Internacionales de Escuelas de Cinematografía que se celebraron en 1967 en la ciudad catalana de Sitges. Una experiencia sobre la que ambos habíamos fijado nuestra atención previamente, pero a la que no le habíamos podido dedicar un estudio específico. 

En el análisis de estas jornadas cinematográficas observábamos la posibilidad de articular una aproximación a la historia cultural del período en la que, partiendo de lo sucedido en ellas, se pudiesen abordar dinámicas relacionadas con las políticas del aperturismo franquista, la enseñanza cinematográfica, el movimiento estudiantil, la emergencia de la contracultura, las fisuras en el seno de la izquierda y las prácticas fílmicas alternativas. 

Durante los cuatro años en los que se desarrolló nuestro proyecto, finalizado se vio inevitablemente atravesado por la arrolladora producción discursiva que trajo consigo el cincuenta aniversario del Mayo del ‘68 parisino. Dentro de los diferentes trabajos que se publicaron, llama especialmente la atención el interés reafirmado hacia una línea de investigación que busca propiciar un relato dinámico y multilateral de un ‘68 global en el que se discuta la dicotomía tradicional centro-periferia para desplazarla por una red de relaciones transnacionales. (1) Un «momento 68» que se inserta dentro de un ciclo histórico más amplio que, como parece evidente, no se da exclusivamente en París, no tiene solo lugar en el mes de mayo y tampoco se produce exclusivamente en el año 1968. Una sinfonía de luchas compuestas por diferentes voces, que suenan en diferentes geografías y que adquieren diferentes acentos en cada una de ellas. Es cierto que no todas esas voces han tenido la misma magnitud y que algunas de ellas han sido escuchadas con una mayor atención que otras.

1. Entre las investigaciones publicadas coincidiendo con el 50 aniversario de 1968 que han tomado como eje su mirada comparada hacia ese ‘68 global cabe destacar dentro del ámbito de los estudios sobre cinematografía el libro 1968 and Global Cinema, Gerhardt y Saljoughi (eds.), Detroit: Wayne State University Press, 2018. 

En las más de 400 páginas del libro Los años que conmovieron el cinema. Las rupturas del 68, que fue publicado a finales de los ‘80, en el que participan autores referenciales de la historiografía y la teoría cinematográfica española, la mención a las posibilidades de pensar ese ‘68 cinematográfico en relación con España se reduce tan solo a un único párrafo (Pérez Perucha, 1988: 15). El libro se centra «en el mundo occidental desarrollado y capitalista» (Pérez Perucha, 1988: 15), por lo que deja también fuera a América Latina, aunque reconociendo «ciertas y fructíferas experiencias del cinema del Tercer Mundo, en particular los casos argentino y boliviano (y de su precedente brasileño)» (Pérez Perucha, 1988: 15). 

De hecho, esta omisión hace que el historiador del cine argentino Mariano Mestman retome conscientemente el interés principal de Los años que conmovieron el cinema para tratar esas rupturas del 68 cinematográfico, pero preguntándose ahora en qué medida pueden pensarse desde el cine latinoamericano (Mestman, 2016: 8). El resultado es otro trabajo de investigación más reciente, del año 2016, titulado Las rupturas del 68 en el cine de América Latina, en el que Mestman hace de coordinador y cuyo nombre apela directamente al libro español, pero con un posicionamiento diferente. La obra coordinada por Mestman propicia un diálogo con ese «momento ‘68» desde el cine latinoamericano. 

Tomando como referente la hipótesis de Mestman se puede trazar un camino de vuelta hacia una geografía simbólica escasamente explorada si la trasladamos hacia el contexto español ¿En qué medida se pueden pensar las rupturas del 68 y sus tensiones en lo político aplicadas a la cinematografía española? Esta pregunta no pretende propiciar una renacionalización del relato del 68 sino reflexionar sobre algunas de las dinámicas del momento 68 que se estaban dando en el Estado español en relación con la cinematografía, entender el acento que adquiere ese momento 68 a este lado de los Pirineos e ir más allá de la mera trasposición de un “68 a la española”.  Sería absurdo negar los flujos transnacionales de inquietudes políticas y culturales que se dan en ese momento, algo que ya han evidenciado algunas de las aproximaciones que han asumido este tipo de reflexión histórica sesentayochista con respecto al cine del Estado español (Berzosa, 2009; Prieto Souto, 2015b; Mateo Leivas, 2017; La Parra, 2018, entre otras). 

Quizá pueda sorprender un poco, pero en un contexto investigador altamente internacionalizado dominado por la aspiración de un ‘68 global, nuestra investigación se desarrolla desde un sentido inverso y toma como punto de partida un ejercicio de historia local. Para ello, no construiremos un relato elaborado desde la lejanía de un gran plano general sino que comenzaremos desde un plano detalle, diseccionando unos hechos muy concretos, planteando una arqueología de las condiciones materiales en las que tuvieron lugar, para desde ahí ir progresivamente haciendo más grande el campo del estudio y estableciendo dinámicas de carácter más amplio. Así que, si los estudiantes del mayo del 68 buscaban la arena de playa bajo los adoquines parisinos, nuestro relato histórico se sitúa cerca de la arena de una playa, en este caso de la Costa Daurada catalana, y unos meses antes de la revuelta francesa. 

Del 30 de septiembre al 6 de octubre de 1967, se celebró en la ciudad barcelonesa de Sitges la Primera Semana Internacional de Cine-Foto-Audiovisión. Tal como queda proclamado en el documento editado por la Comisión Organizadora: 

Los motivos y finalidades que justifican esta Semana, son el facilitar la toma de contacto entre grupos y hombres que se disponen a trabajar o trabajan, en los medios cine-audio-visuales y que al proceder de países alejados geográficamente, tienden al peligro de situarse en compartimientos estancos. Con ello Sitges, intenta agrupar espiritualmente dentro del arte a todos los países, facilitando el intercambio de experiencias, tanto en el orden de las ideas como en el de la metodología y pedagogía (La Comisión Organizadora, 1967).  

El programa incluía unas Jornadas Internacionales de Escuelas de Cinematografía, un Salón Internacional de Fotografía, con una clara orientación turística que se planteaba alrededor de la temática de «España vista por los turistas que nos visitan», así como un certamen dedicado a la televisión, dentro del cual tenían lugar los premios Claveles de Sitges que se otorgaban a los considerados como mejores profesionales televisivos en las categorías de actor, actriz, guionista, director, realizador de programas dramáticos, realizador en directo, presentador y personalidad del año en la televisión española. 

En lo que respecta a las Jornadas Internacionales de Escuelas de Cinematografía, el programa establecía unas sesiones diarias de discusión seguidas por proyecciones de prácticas de escuelas de cine procedentes de todo el mundo. El reglamento, publicado unos meses antes del certamen, establecía que las conversaciones internacionales quedaban reservadas a los profesores, alumnos, críticos y profesionales del cine y anunciaba la proyección de películas, como muestras de las actividades realizadas por las diversas escuelas de cine invitadas.

Lo más probable es que esta manifestación no hubiera trascendido si no fuese por lo que sucedió durante la última noche. Estaba previsto que la cena de clausura se celebrara el día 6 de octubre en los lujosos salones del hotel Calipolis. Allí iban a acudir, además de los participantes de las jornadas, el alcalde de Sitges, José Antonio Martínez Sardá, el director de la Escuela Oficial de Cine (EOC), Carlos Fernández Cuenca, el Subdelegado Comarcal del Ministerio de Información y Turismo, Jorge Oms Solá, algunas autoridades militares como el general Serrano Ariz y el capitán de la Guardia Civil Antonio Marzoa y otras personalidades. Pero lo que debía de ser un acontecimiento cultural y mundano se convirtió en un auténtico escándalo, con gritos, bofetadas y detenciones policiales incluidas y pasó a la posteridad como un acto de rebeldía emblemático del sector más juvenil de la profesión cinematográfica española. 

Desde el análisis de lo sucedido en estas jornadas celebradas en Sitges nuestra investigación pretende plantear diferentes problemáticas, estrategias políticas y prácticas cinematográficas que necesariamente adquirieron un carácter disidente en el contexto de la dictadura franquista. Además de desvelar una serie de tensiones en el seno del antifranquismo y exponer el desarrollo de algunas trayectorias cinematográficas del momento. En el acento que toma este evento cinematográfico dentro de las voces del sesentayochismo entra la evolución ideológica que había tenido una parte del sector del cine en España. Esta «batalla de Sitges» marcó un hito en el enfrentamiento que mantenía una parte de la profesión cinematográfica contra el franquismo y sirvió como preludio, un tanto tragicómico, del movimiento de contestación al que iba a sumarse el mundo del cine. 

El análisis de esa experiencia, su contexto y sus derivas centran la atención de nuestro libro cuya escritura compartida tuvo lugar durante el período que va desde 2016 hasta 2020, produciendo un resultado en el cual se desdibujan las aportaciones individuales de cada uno de nosotros. Se podría decir que cada una de las partes, después de sus diversas revisiones, son el resultado de un hacer investigador puesto en común a distancia durante un proceso itinerante de vivencia en varias ciudades europeas. Además, nuestra labor ha tenido la fortuna de apoyarse y de ser apoyada de diferentes formas por una serie de personas e iniciativas culturales a las cuales cabe agradecer su proximidad a nuestro proyecto.

De este modo, nos gustaría al menos mencionar las invitaciones recibidas para participar en Madrid en el seminario «Sesentayochismos», organizado en el contexto del Máster en Crítica y Argumentación Filosófica de la Universidad Autónoma de Madrid y en la conferencia de presentación del ciclo «Mayo del 68: México y España», organizado por la UNAM-España, la Filmoteca de la UNAM, el Instituto Cervantes, la Filmoteca de Catalunya y el Círculo de Bellas Artes de Madrid, institución en la que tuvo lugar. También dentro del coloquio «Barcelona 60’, entre Caputxinada y Gauche Divine» organizado por el CRIMIC (Centre de Recherches Interdisciplinaires sur les Mondes Ibériques Contemporains) y celebrado en la Université Paris Sorbonne, fueron presentadas y discutidas algunas de las premisas de esta investigación. La participación en estos foros nos ha dado la oportunidad de exponer y debatir los resultados parciales que se iban obteniendo a lo largo de nuestro trabajo. 

Además, nos gustaría hacer explícito nuestro agradecimiento a Román Gubern, Manuel Palacio, David Pérez Merinero, Josetxo Cerdán, Esteve Riambau, Xavier Miret Mestre, José Manuel Martín Sánchez, Rosa Saz, Ramón Rubio, Marina Díaz, Julio Pérez Perucha, Javier Maqua, Manuel Asín,  Sonia García López, Asier Aranzubia, Alberto Berzosa, Gabriel Doménech, Ramón del Buey y a los grupos de investigación TECMERIN y LIRCES (Laboratoire Interdisciplinaire Récits, Cultures et Sociétés) en los cuales desarrollamos nuestra labor investigadora. A estos nombres se suman los de los archivos visitados y consultados, sin cuyo trabajo diario una propuesta como esta no hubiese sido posible. Entre ellos debemos de destacar los de Filmoteca de Catalunya, Filmoteca Española, el Arxiu Històric Municipal de Sitges, el Archivo General de la Administración, y diferentes archivos personales como los de Román Gubern o David Pérez Merinero. 

Finalmente, la escritura de este libro se terminó online, entre Vilalba y Niza, en la confinada primavera del año 2020.