TRES MANERAS DE HABITAR UNA ISLA
(ACERCA DE LIZA, STROMBOLI, Y FINIS TERRAE)
Mariel Manrique
[Fragmento]
Habitar la isla de a dos como dos alienados, en fuga de la ley burguesa y sometidos a la dialéctica amo-esclavo. Intentar dejar la isla, víctimas del hambre y de la sed, en un viejo avión de guerra, supuestamente reparado. Foto fija y final incierto, con aroma a muerte.
Stromboli, Roberto Rossellini, 1950
O habitar la isla de a dos como dos extraños, divididos por la lengua y la clase. Ser una isla dentro de la isla e intentar abandonarla, rodeando un volcán en erupción, en medio del desastre; dormirse aterrado e invocar a Dios. Final de indeterminación absoluta.
O ser dos hombres que viven en una isla, hombres que más que a una especie pertenecen a una raza. Habitar la isla como pescadores, que pertenecen a una comunidad en igualdad de condiciones. Desear volver a la isla luchando contra el cuerpo y contra el mar, desde otra isla. Pertenecer a un archipiélago. Final de comunión humana, en el centro de la desposesión, de la pobreza.
[...]
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