Un bello tenebroso es el libro –de entre todos los de Gracq– que recibió más elogios de André Breton. No ha de resultar extraño, porque esta segunda novela del escritor de Nantes es la que, aun de un modo oblicuo, más se acerca al universo –turbulento, pasional y radiante– del Surrealismo. Y decimos “de un modo oblicuo” porque nada indica, de antemano, este parentesco, sino más bien se diría que el autor gusta de aludir a otras referencias anteriores que, es cierto, han alimentado también el movimiento que lideró Breton, pero constituyen precedentes suficientemente poderosos como para ejercer atracción por sí mismos.
El libro de Gracq, ya desde el título, se construye como una revisión –al modo de un pastiche o un palimpsesto– de múltiples situaciones y personajes de la tradición literaria. Casi todos ellos se sitúan en un Romanticismo gótico y exaltado, fatal, en la estela, por ejemplo, de Melmoth el errabundo (otra novela muy admirada por Breton), del René de Chautebriand (un autor que siempre interesó a Gracq) o de Byron. [...] El bello tenebroso es aquí el protagonista, de nombre Allan (referencia evidente a Poe, que constituye, junto con Rimbaud, el modelo de inspiración más potente del relato). Encarna sin duda este ambiguo ideal de héroe taciturno, misterioso y destructivo, satánico y sublime –en el sentido tanto de la tradición literaria de Milton como de la estética de Burke– y, al tiempo, no exento de una mortal fatalidad trágica que desata, en quienes lo acompañan, todo tipo de reacciones, complicidades, exaltaciones y rechazos. Una personalidad magnética –y potencialmente perniciosa– que producirá revelaciones inesperadas en el alma de todos los que lo traten, no siempre deseadas: convulsiones que transformarán para siempre su existencia.
Allan es Poe y es Rimbaud y Nerval y René y hasta Vigny y Lautréamont, pero, en definitiva, la serie no puede más que cristalizar en Breton.
Fragmentos del prólogo de Alberto Ruiz de Samaniego
Julien Gracq. St. Florent-le Vieil (1910-2007). Julien Gracq es el seudónimo que adoptó Louis Poirier para firmar su obra como novelista, poeta, ensayista y dramaturgo.
Licenciado en historia, geografía y ciencias sociales, fue profesor de secundaria. Comenzó a militar en el Partido Comunista Francés en 1937 y, a causa de la firma del pacto germano-soviético, dejó de pertenecer en 1939. Mantuvo contacto con el movimiento surrealista sin implicarse en el mismo, aunque escribió un libro sobre André Breton que fue con quien mantuvo una más estrecha relación.
Entre otros, su obra contiene títulos como En el castillo de Argol (1938), El mar de las Sirtes (1951), Los ojos del bosque (1958), Letrinas I y II (1967-1974), La forma de una ciudad (1985), Entrevistas (2002) y Manuscritos de guerra (2011).
Apartado del mundo literario y la vida social, falleció en la ciudad de Angers el 22 de diciembre de 2007.
Con Un bello tenebroso Shangrila añade un nuevo título de Julien Gracq a la colección Swann. Anteriormente publicó La forma de una ciudad y el ensayo Julien Gracq, de Jean-Louis Leutrat.
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