Dibujo a lápiz de Manuel Arranz
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Mientras nos sobren razones para abandonar este mundo no debemos inquietarnos; pero estaremos perdidos cuando nos falten razones.
Porque el peor de los sentimientos y el más negro, es el de que nada vale nada.
Renunciar a la desesperación ¿Cabe mayor renunciamiento? ¿Cabe mayor desesperación?
Nos desesperamos porque todavía no hemos perdido la esperanza.
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Hay que amar mucho la vida para llegar a quitársela.
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Sólo los hombres silenciosos dicen algo cuando hablan. Los locuaces, en cambio, sólo dicen algo cuando callan.
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Llevaba una vida tan privada que acabó muriendo en la indigencia.
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