Las últimas flechas del carcaj
Camino de Latinoamérica o con intención de establecerse en España, muchos de los alemanes reclamados por los aliados van cruzando los Pirineos. El antiguo agente de la Gestapo Walter Eugen Mosig –cuyas actividades al frente de la red Grille con la cobertura de Sofindus relatamos en las primeras páginas– ha sido entregado a los aliados en 1946 e internando en un campo de prisioneros en Alemania del que se fuga al año siguiente. Su destino es de nuevo España, donde es contratado nada menos que por la Dirección General de Seguridad, con el paradójico cometido de localizar a los alemanes a los que hay que repatriar.
Nueva paradoja: Gottfried von Waldheim, encargado de las escuelas alemanas en España desde 1937 hasta 1945 y responsable de la Red Ogro –encargada del secuestro de compatriotas desafectos al Reich–, regresa como agregado comercial con el primer embajador que Bonn envía a Madrid para negociar con el Ministerio de Asuntos Exteriores la restitución de las propiedades alemanas a la nueva República Federal. (218) Sin embargo, este nombramiento se pospone una y otra vez debido a las reclamaciones del nuevo gobierno con respecto a la liquidación de las propiedades germanas –oficiales o aparentemente privadas– en España y la suspicacia de la cúpula franquista ante cualquier candidato a cubrir la baja. Lo malo es que los estadounidenses le están tomando la delantera a la emergente industria alemana en la modernización de España, donde actúan como interlocutores oficiosos notorios SS como Bernhardt y Otto Skorzeny, jefe de los comandos especiales alemanes durante la II Guerra Mundial y relacionado sentimentalmente con la sobrina del ministro de Economía del III Reich, Hjalmar Schacht. Con Skorzeny no había coincidido aún Bernhardt. Lo hace por mediación del periodista filonazi Víctor de la Serna en el verano de 1950. Skorzeny busca establecerse en España con el nombre supuesto de Rolf Steinbauer después de haber estado prestando sus servicios como asesor militar al gobierno peronista. Según el escritor Blanco Corredoira (219), el primer encuentro entre Bernhardt y Skorzeny habría tenido en el madrileño restaurante Horcher y durante el mismo, habrían llegado a un acuerdo para intercambiar contactos. Al parecer existe un contrato firmado por ambos por el que Steinbauer ingresa seis mil pesetas mensuales por su mediación en ciertos negocios indeterminados. A los pocos días recibe una llamada de Alemania en la que se le ofrece la representación en España de generadores de energía fotovoltaica para uso doméstico. A cambio –de nuevo según Corredoira–, Skorzeny facilita a Bernhardt los contactos necesarios para emprender una nueva vida al otro lado del Atlántico, cosa que ya hemos visto que necesita bien poco.
218. COLLADO SEIDEL, Carlos, España, refugio nazi, Madrid: Temas de Hoy, 2005, p.311.
219. CORREDOIRA, Blanco, Objetivo Skorzeny: El enigma del líder nazi que acabó sus días en España, Madrid: La Esfera de los Libros, 2017, pp.140-141.
Lo que sí parece confirmado es que tanto Skorzeny como Bernhardt trabajan en la importación de aerogeneradores Allgaier desde Alemania. También que habrían participado en la organización de un ciclo de conferencias de Hjalmar Schacht, finalmente malogrado a instancias de Asuntos Exteriores. La misma fuente asegura que Bernhardt,
que tiene intereses en la industria cinematográfica española, está negociando un contrato con una compañía alemana para la construcción de hornos y chimeneas en España. Ha llegado a un acuerdo con un abogado madrileño, [Antonio] Garrigues [y Díaz-Cañabate], y con un tal Paso [José Pazó Montes], un ejecutivo de la compañía aérea Aviación y Comercio [Aviaco], aunque la fuente no puede asegurar si ya se ha firmado o no un contrato para las patentes alemanas. (220)
220. Central Intelligence Agency, FoIA, “German Participation in Spanish Industry”, 3 de abril de 1951:
<https://www.cia.gov/library/readingroom/docs/BERNHARDT%2C%20JOHANNES_0031.pdf> [consulta: 23 de junio de 2020].
La productora continúa mientras tanto su marcha bajo la supervisión de Santiago Peláez. Administrativamente, Cuento de hadas (Edgar Neville, 1951) es la novena producción de Sagitario Films. Arranca según finaliza el rodaje de Malaire, pero un vistazo al equipo técnico de nuevo nos pone sobre aviso de que no se trata de un proyecto de la casa. José Martín al frente de la producción, partitura de José Muñoz Molleda en lugar del inamovible García Leoz, rodaje en los estudios Cea en vez de Cinearte... Y es que esta película de Neville es un proyecto propio, realizado a partir de un guion que anunciaba desde tiempo atrás como “en la línea de” La vida en un hilo, con la que comparte su universo fantástico. Apenas un mes antes de su estreno, el conde de Berlanga traspasa la titularidad de la cinta a Sagitario, que la estrenará a través de Europa Films. Christian Franco ha desmenuzado el proceso creativo que conduce de una prevista doble versión en español e inglés con un presupuesto de tres millones y medio de pesetas a una producción resuelta con cierta premura y con un coste final que rebaja dicha cantidad en un millón. (221) Según el proyecto inicial, Conchita Montes debería de haber cobrado cien mil pesetas e Ismael Merlo setenta y cinco mil como cabezas de reparto; Neville, doscientas mil por la dirección y cincuenta mil por el guion [...]
221. FRANCO, Christian, Edgar Neville, duende y misterio de un cineasta español, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2015, pp.254-257.
Dos páginas de Sagitario Films
Capítulo "Las últimas flechas del carcaj"
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