Botonera

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18.3.21

IV. "LA POÉTICA DEL ASEDIO. CINE E HISTORIA EN LA AUTARQUÍA", Christian Franco Torre, Valencia: Shangrila, 2021




Primera Parte
LA RETÓRICA DE LA AUTARQUÍA


El marqués de Salamanca, Edgar Neville, 1948


1. Historia de una usurpación

La historia del cine español en el primer franquismo es, ante todo, la historia de una usurpación: la que despojó al público de sus funciones como destinatario y, en última instancia, juez que decide el éxito comercial de un filme en favor de unos órganos de control cuyo criterio y dictamen eran claves para determinar el rumbo de la producción nacional. Una usurpación, en todo caso, que no dejaba de ser la extensión de la que constreñía a todo el país: el de una voluntad popular postergada en favor de los designios de una élite extractiva. Una operación que se venía gestando desde el mismo 18 de julio de 1936, en el que un golpe de Estado encabezado por fuerzas militares rebeldes, con el apoyo de un conglomerado de intereses económicos y políticos, sumió a España en una cruenta Guerra Civil.

Con los soldados aún en las trincheras, las jerarquías rebeldes comenzaron a desarrollar la estructura de su “nueva España”. Un modelo que, a consecuencia de la situación internacional y, también, de las propias convicciones de las heterogéneas fuerzas que componían el bando insurgente, viraría hacia un sistema con pretensiones de autosuficiencia y centrado en el mercado interior, de vocación proteccionista y lastrado por los altos costes, cuyas limitaciones pronto se pusieron de manifiesto. (24)

24. Barciela, Carlos, López, María Inmaculada, Melgarejo, Joaquín y Miranda, José Antonio, La España de Franco (1939-1945). Economía, Madrid: Síntesis, 2001, pp. 25-26. Tal y como afirman los autores: “La lentitud de la recuperación es una prueba de las difíciles condiciones en las que se desenvolvió la actividad económica durante la posguerra. Para justificar la incapacidad del nuevo Estado para sacar al país de la crisis, la propaganda oficial recurrió a exagerar los daños provocados por la Guerra Civil –‘destrozos de los rojos’– y los ocasionados por determinadas coyunturas climáticas –la famosa ‘pertinaz sequía’–; sin embargo, fueron la pretensión de sustituir el mercado mediante un intervencionismo generalizado y el aislamiento de la economía internacional los que bloquearon verdaderamente el proceso de crecimiento económico y sumieron a muchos españoles en el hambre y la miseria”.

Este sistema económico autosuficiente era auspiciado, en gran medida, por Falange Española, que veía en el mismo un fiel reflejo del modelo económico implantado por Mussolini en Italia. (25) Antes de la conclusión de la Guerra Civil ya se había dado un importante paso hacia la autarquía merced al Fuero del Trabajo, promulgado el 9 de marzo de 1938. El documento constaba de 16 apartados en los que, además de plantearse una decidida defensa de la propiedad privada (26) y la ilegalidad de las huelgas (27), esbozaba ya la estructura del futuro Sindicato Vertical. (28) Por su parte, el Estado, aún en proceso de gestación, se reservaba el papel de guardián y gestor de los bienes nacionales, incluyendo el trabajo de los ciudadanos.

25. Ibidem, pp.32-33.

26. Fuero del Trabajo, de 9 de marzo de 1938, apartado XI, punto 6: “El Estado reconoce la iniciativa privada como fuente fecunda de la vida económica de la Nación”.

27. Fuero del Trabajo, de 9 de marzo de 1938, apartado XI, punto 2: “Los actos ilegales, individuales o colectivos, que perturben de manera grave la producción o atenten contra ella serán sancionados con arreglo a las leyes”.

28. El apartado XIII del citado Fuero del Trabajo, de 9 de marzo de 1938 se dedica por entero a señalar la labor de las organizaciones sindicales y su estructura, aunque en el punto 9 ya advierte de una futura Ley de Sindicación que “determinará la forma de incorporar a la nueva organización las actuales asociaciones económicas y profesionales”. 

Esta función quedó patente en la Ley de 16 de octubre de 1942, en la cual el propio Estado se reservaba la regulación laboral. Una ley que se complementó con el Decreto de 11 de diciembre de 1942, por el que se creaba el Ministerio de Justicia y Trabajo, y con la Ley del Contrato de Trabajo, de 26 de enero de 1944. (29) Dentro de este sistema, los españoles, ya fuesen trabajadores o empresarios, eran partícipes de la actuación del Estado no en virtud del sufragio, tal y como sucedía en la democracia republicana, sino merced a su trabajo. (30)

29. Barciela, Carlos, López, María Inmaculada, Melgarejo, Joaquín y Miranda, José Antonio, La España de Franco (1939-1945). Economía, op. cit., p.41.

30. Gracia García, Jordi y Ruiz Carnicer, Miguel Ángel, La España de Franco (1939-1975). Cultura y vida cotidiana, Madrid: Síntesis, 2001, pp.86-87. Como precisan los autores, el “argot franquista” tornará a los trabajadores/obreros en “productores”.

En cuanto al papel de la mujer dentro de esta planificación laboral, las intenciones del nuevo régimen eran claras y así lo habían mostrado en el propio Fuero del Trabajo, en el que el Estado se comprometía a “liberar a la mujer casada del taller y de la fábrica”. (31) La posición de la mujer dentro del nuevo orden social se veía así relegada a la de esposa y madre, papel secundario respecto al de los varones, los productores, en una situación que satisfacía por igual las pretensiones de Falange y la Iglesia católica. (32)

31. Fuero del Trabajo, de 9 de marzo de 1938, apartado II, punto 1. Volveremos sobre esta cuestión en el primer apartado de la segunda parte, “Heroínas de la Sección Femenina”.

32. Gracia García, Jordi y Ruiz Carnicer, Miguel Ángel, La España de Franco (1939-1975). Cultura y vida cotidiana, op. cit., pp.92-93. La Sección Femenina de Falange Española, dirigida por la hermana de José Antonio, Pilar Primo de Rivera (1912-1991), fue una importante catalizadora de estas consignas ideológicas. Sobre la Sección Femenina, véase Gallego, María Teresa, Mujer, Falange y franquismo, Madrid, Taurus, 1983, y también Sánchez López, Rosario, Mujer española, una sombra de destino en lo universal. Trayectoria histórica de Sección Femenina de Falange (1934-1977), Murcia: Universidad de Murcia, 1990.

Efectivamente, la importancia de la Iglesia católica en la España de posguerra y sus fuertes lazos con el régimen franquista explican por sí solos que esta situación sociopolítica no variase pese a la progresiva debilitación, y posterior derrota, de las potencias del Eje en la II Guerra Mundial. Sin embargo, los acontecimientos bélicos sí que supusieron la paulatina desnaturalización de la propia Falange, que se vio sometida a un progresivo vaciado ideológico cuyo objetivo final residía en moldear el partido único según los intereses del Estado. En otras palabras, Falange pasó a ser una mera presencia nominal cuya única función residía en acreditar y, en cierta manera, legitimar el Gobierno y la política de Francisco Franco (1892-1975). (33)

33. Sobre la historia y evolución de Falange Española, véase Payne, Stanley G., Falange. Historia del fascismo español, Madrid, Sarpe, 1985, y también Rodríguez Jiménez, José Luis, Historia de Falange Española de las JONS, Madrid: Alianza, 2000.

Se puede considerar el cese de Ramón Serrano Suñer (1901-2003) de su cargo como ministro de Gobernación, el 5 de mayo de 1941, como uno de los primeros síntomas de la gradual deformación de Falange. Sin embargo, el Estado franquista insistió en apoyar la política autárquica preconizada por el partido hasta bien entrada la década siguiente y, nominalmente, hasta 1959.

En el ámbito cinematográfico, el aislamiento autoimpuesto por el régimen y la precariedad derivada del sistema autárquico también se dejaron notar. El 23 de abril de 1941, el Ministerio de Industria y Comercio emitió la orden que obligaba a que toda película estrenada en España estuviese dialogada en lengua castellana. Esta orden, por consiguiente, imponía el doblaje a toda película extranjera que se exhibiese en nuestro país. (34) [...]

34. Vallés Copeiro del Villar, Antonio, Historia de la política de fomento del cine español, Valencia: Ediciones de la Filmoteca, Institut Valencià de Cinematografía Ricardo Muñoz Suay, 2000, p.52. Esta ley tiene un antecedente en otra similar promulgada en Italia durante el mandato de Benito Mussolini.


Índice - Primera parte. La retórica de una autarquía
1. Historia de la usurpación
2. Las películas que cuentan la historia
3. Un subgénero para unirlos a todos
4. Pintura de historia en movimiento
5. Esplendor y caída del cine de Historia


Dos páginas de La poética del asedio
Primera parte
4. Pintura de historia en movimiento




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