El libro que el lector tiene en sus manos no es una nueva evocación más o menos analítica del mítico Mayo 68. No intenta decir algo distinto de cuanto aconteció ni de por qué aconteció ni de cómo aconteció. No es, en definitiva, un libro sobre la política y sus conflictos en la época. Digámoslo ya: es sobre todo y básicamente un libro de cine. Con un matiz importante, que se hace preciso anticipar: no aborda en absoluto las películas realizadas con posterioridad a los hechos aludidos. Es decir no aborda, por ejemplo, ni Milou en mai, (1990), de Louis Malle; ni The Dreamers (2003), de Bernardo Bertolucci; ni Les amants règuliers (2005), de Philippe Garrell; ni Code 68 (2005), de Jean-Henri Roger; ni Aprés mai (2012), de Olivier Assayas, por nombrar, solo las más conocidas, todas de sobra citadas y alguna entre ellas no tanto.
Su objeto de estudio es otro bien distinto, aunque participe del mismo referente: Mayo 68 y cine. Diría incluso que aborda el fehaciente cine de Mayo del 68, por lo menos el más decisivo; más que ningún otro que se refiera a él, sea ficción o documental. Pero decimos que es un libro de cine en tanto que habla no solo de películas, también habla de sus gentes; tanto de sus acciones como de sus prácticas, sus acciones políticas y sus prácticas fílmicas, léase películas. Pero de unas películas, eso sí, no precisamente muy conocidas.
Dicho en pocas palabras, de lo que aquí se trata es de mostrar la sucesión de acontecimientos significativos con los que el mundo del cine exhibió su repentina politización y asumió cómo y cuánto pudo lo que acontecía en París, en sus calles y en sus fábricas. En este sentido, serán las acciones de las gentes del cine las que dicten todos y cada uno de sus capítulos. Acciones que engloban, por supuesto, hechos políticos y hechos fílmicos. De ahí su metafórico título: Entre adoquines: cine y Mayo 68. Va de suyo que lo político se hace presente en todos y cada uno de ellos, y mal que bien se nos propone implícito. Y digo lo político en vez de la política para diferenciar las acciones obviamente políticas de la institución cine, cine francés en este caso, de las acciones directas y explícitamente dictadas por las instituciones políticas, llámense gobierno o sindicatos, por nombrar dos bien representativas, además de activas.
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