Botonera

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6.10.20

VII. "NIEVE. POSTALES DESDE EL FRÍO", Pasión Rivière (coord.), Shangrila 2020




ESPERANDO LA MANO DE LA NIEVE
LA SOLEDAD ENAMORADA DE JOSÉ BERGAMÍN

Manuel Arranz

José Bergamín



[...] Metáfora de la muerte, “la mano de nieve”, que Bergamín tomó prestada de una célebre rima de Bécquer, aparece ocho veces en Esperando la mano de nieve, nueve si contamos el título. En Apartada orilla, otro de sus deslumbrantes libros de poesía, publicado en 1976, la encontramos también ya en el primer poema: Es la mano de nieve que esperaba / mi corazón ardiendo. Y cinco veces más en Velado desvelo, libro de 1978. Sin embargo, en Bécquer la metáfora no es una metáfora de la muerte, no alude a la muerte, ni directa ni indirectamente. En Bécquer la metáfora no es “la mano de nieve”, sino únicamente “la nieve”. Una mano blanca, una mano nívea que nos despierte, se convierte en Bergamín en una mano de sombra, en una mano de nieve que nos sume en la temida y perezosa muerte.

Como sobre mis versos, en mis ojos
pon tu mano de nieve.
Y les darás tu luz, tu llama viva,
“para que no se duerman en la muerte”.

                                                José Bergamín

En tus manos hay nieve, manos de nieve albas. ¿Por qué sobre mis ojos no pones ya la nieve de tu mano, cegándolos al sueño, eternamente? ¡Ay! si tu mano de nieve se vuelve mano de sombra para guiarme y perderme. En mi corazón fui herido por una mano de nieve. Sus dedos de ardiente hielo, cerrarán mis ojos muertos cegándolos para siempre. Como dedos de sombra de una invisible mano de nieve, que acaricia mis ojos al cegarlos.
Soy la muerte –habla la muerte– sobre  tus ojos cerrados / pondré mi mano de nieve [...]


El mismo año de su muerte, en 1983, todavía publicaría dos libros más de poesía: Habla la muerte, con grabados de Mercedes Gómez Pablos, y Al toro, con grabados de José Caballero, pero en ediciones limitadas y dirigidas a coleccionistas. Libros que reúnen poemas escritos y publicados con anterioridad, por lo que no tienen, en su producción poética, la misma consideración que los otros, todos ellos libros de un solitario, de un peregrino en su patria, o como los calificó su amiga Florence Delay con gran perspicacia y tino: “diarios íntimos”. Diarios en los que la muerte está siempre presente, la “muerte perezosa y larga” (Lope), la muerte que está esperando, que con su mano de nieve, o con su mano de sombra, un día acariciará su frente [...]





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