ANALOGÍA. ¿SE PUEDE ENTENDER
LO HUMANO DESDE LO LÚDICO?
Alberto Murcia
Desde que los juegos irrumpieron como objeto de estudio en nuestra sociedad, se considera que no solo forman parte de nuestra cultura sino que también la crean. La percepción del juego como parte de la cultura ha pasado desde algo visto como parte esencial de “lo humano”, hasta pensar que los juegos son algo más que una burbuja aislada entre otros hechos sociales y sirven para múltiples fines. Si el juego es relevante, el asunto es dirimir, ¿para qué? ¿Podemos pensar el diseño, producción y/o estructura del contenido de un juego como analogía de algún aspecto de lo humano y no solo como algo que “usamos para” o es “parte de”?
Este texto quiere reflexionar sobre si el (video)juego, como objeto manufacturado en un proceso de producción industrial, puede ser una analogía que ayude a entender algún aspecto de la realidad relacionada con lo humano. Existen pocos ejemplos exitosos de objetos de una cultura que hayan sido utilizados por analogía para explicar el funcionamiento de una parte de la realidad. Menos casos aún en los que la analogía se haya tomado en serio hasta convertirse en el modelo de explicación, como fue el caso de la “mente computacional” en el estudio de la mente (Crane, 2015). También carecemos de un ejemplo de analogía robusta similar con el videojuego, al menos por el momento.
¿Nos enseñan algo los juegos?
Si alguien pensara el juego como analogía que ayude explicar algo sobre lo humano, esta persona daría por hecho que este sirve para algo más que para jugar, un eterno debate en los estudios sobre el juego. Si polarizamos el debate, se puede considerar que, en un extremo, el juego es una actividad (pseudo)ritualizada en la que el espacio donde se juega tiene un impacto nulo en la cultura que le rodea; en el otro, encontramos afirmaciones de la conexión inexorable entre juego y cultura e incluso de que los juegos poseen propiedades sanadoras. Ambas posiciones abren un abismo irreconciliable entre ellas [...]
Este texto quiere reflexionar sobre si el (video)juego, como objeto manufacturado en un proceso de producción industrial, puede ser una analogía que ayude a entender algún aspecto de la realidad relacionada con lo humano. Existen pocos ejemplos exitosos de objetos de una cultura que hayan sido utilizados por analogía para explicar el funcionamiento de una parte de la realidad. Menos casos aún en los que la analogía se haya tomado en serio hasta convertirse en el modelo de explicación, como fue el caso de la “mente computacional” en el estudio de la mente (Crane, 2015). También carecemos de un ejemplo de analogía robusta similar con el videojuego, al menos por el momento.
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