Paul Strand, Wall and Snow, Vermont, 1943
La nieve no es sólo felicidad, no es sólo calma o anestesia para el dolor, diríamos que la nieve, como el desierto, como el espacio invadido por la niebla o la noche, se convierte en el espejo de quien la contempla: es lo que tú eres o lo que desearías ser, despierta a la imaginación, y hace que el escritor torturado pueda ver sobre ella un ángel negro. Este raro espejo poético hace que cada cosa pueda ser esa misma cosa y su contraria.
Menchu Gutiérrez
Decir la nieve
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