Nadie sabe cómo será el futuro, pero David Cronenberg lo ha imaginado en numerosas ocasiones. El director canadiense ha explorado en sus películas el posible destino del ser humano, marcado por el devenir de la tecnología, el cambio biológico, el impacto de la imagen y la presencia de la enfermedad. En Videodrome nos cuenta la historia de Max Renn, un productor de televisión ávido de nuevas experiencias mediáticas que acaba convertido en la víctima de una doble conspiración de contornos imprecisos y consecuencias letales. Cronenberg construye una distopía ambigua, caracterizada por la fuerza de los medios de comunicación, el poder de las grandes corporaciones y la actividad de revolucionarios mesiánicos. En Videodrome la señal de vídeo no sólo expande un virus sino que es el virus mismo. La sociedad ha enfermado y el proceso es irreversible. El virus se expande como una idea convertida en dogma que se infiltra en todos los estratos sociales. Teóricos y filósofos como Fredric Jameson, Dani Cavallaro o Scott Bukatman han mostrado un gran interés por la obra de Cronenberg. Los ominosos entornos que dibuja el filme, con sus personajes paranoicos y sádicos, adictos a la tortura y la pornografía televisada, han servido a estos autores como punto de partida para una reflexión que mezcla disciplinas como teoría de la información, historia, teoría de la imagen y hasta ciencia cognitiva. Cronenberg construye en Videodrome un artefacto de calculada ambigüedad y especula sobre nuestro futuro biológico, las capacidades cognitivas del ser humano, el control mental, el poder corporativo y el valor de la información. Lejos de ofrecer respuestas claras, Videodrome nos ofrece una serie de preguntas inquietantes que no podemos obviar ni un solo día más.
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16.9.20
NOVEDAD - I. "VIDEODROME. LA DISTOPÍA SEGÚN DAVID CRONENBERG", Iván Gómez, Shangrila 2020
Nadie sabe cómo será el futuro, pero David Cronenberg lo ha imaginado en numerosas ocasiones. El director canadiense ha explorado en sus películas el posible destino del ser humano, marcado por el devenir de la tecnología, el cambio biológico, el impacto de la imagen y la presencia de la enfermedad. En Videodrome nos cuenta la historia de Max Renn, un productor de televisión ávido de nuevas experiencias mediáticas que acaba convertido en la víctima de una doble conspiración de contornos imprecisos y consecuencias letales. Cronenberg construye una distopía ambigua, caracterizada por la fuerza de los medios de comunicación, el poder de las grandes corporaciones y la actividad de revolucionarios mesiánicos. En Videodrome la señal de vídeo no sólo expande un virus sino que es el virus mismo. La sociedad ha enfermado y el proceso es irreversible. El virus se expande como una idea convertida en dogma que se infiltra en todos los estratos sociales. Teóricos y filósofos como Fredric Jameson, Dani Cavallaro o Scott Bukatman han mostrado un gran interés por la obra de Cronenberg. Los ominosos entornos que dibuja el filme, con sus personajes paranoicos y sádicos, adictos a la tortura y la pornografía televisada, han servido a estos autores como punto de partida para una reflexión que mezcla disciplinas como teoría de la información, historia, teoría de la imagen y hasta ciencia cognitiva. Cronenberg construye en Videodrome un artefacto de calculada ambigüedad y especula sobre nuestro futuro biológico, las capacidades cognitivas del ser humano, el control mental, el poder corporativo y el valor de la información. Lejos de ofrecer respuestas claras, Videodrome nos ofrece una serie de preguntas inquietantes que no podemos obviar ni un solo día más.