Botonera

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8.6.20

XI. "LA MUERTE DE FRANCO EN LA PANTALLA", Nancy Berthier, Valencia: Shangrila 2020




Capítulo VI
Españoles, ¡Franco no ha muerto!


Entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI, se produjo un cambio de rumbo a nivel historiográfico sobre el franquismo y la Transición, que empezó a poner de relieve las memorias olvidadas, en particular en torno a la represión, integrando en su reflexión la perspectiva de los derechos humanos. En paralelo, se desarrolló un fenómeno de recuperación de la memoria histórica con la cuestión de la apertura de las fosas comunes. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) mostró el camino, creándose en diciembre de 2000 con el objetivo de identificar a las víctimas de la represión franquista durante la Guerra Civil, a raíz de la exhumación de una fosa en octubre del mismo año en Priaranza del Bierzo. Las figuras de los muertos sin sepultura, o con indebidas sepulturas, no solamente irrumpieron en el ámbito social y mediático a lo largo de los años y se impusieron cada vez más, sino que, en paralelo, el espectro como motivo planeó sobre la cultura nacional, encarnándose por ejemplo de manera espectacular en unas películas que consiguieron un gran éxito de público como El espinazo del diablo (2001), El laberinto del fauno (2006) de Guillermo del Toro o Pa negre (2011) de Agustí Villaronga. Muy temprano, en 2002, Jo Labanyi advertía de la presencia de los fantasmas en la cultura española, que vinculaba con las propuestas formuladas por Jacques Derrida en Espectros de Marx a partir de la perspectiva de la “hauntology”. (300) La espectralidad desde la historia remite a las huellas de un pasado traumático irresuelto y que sigue interrogándonos.

300. LABANYI, Jo, “Introduction: Engaging with Ghosts; or, Theorizing Culture in Modern Spain”, Constructing Identity in Contemporary Spain: Theoretical Debates and Cultural Practice, Oxford: Oxford UP, 2002. 1-14.

Esta dimensión no solo concierne a las víctimas sino también a quien fue su verdugo, la figura de Francisco Franco. En un artículo del 2003, Enrique Moradiellos constataba su “práctica desaparición del discurso público y casi de la memoria histórica de los ciudadanos españoles a partir de su fallecimiento y hasta la actualidad”. (301) Lo ponía entonces en relación con el “pacto tácito del olvido que hizo posible la transición pacífica desde la dictadura hacia la democracia” y que “implicó la progresiva eliminación de cualquier referencia pública conflictiva sobre ‘el anterior Jefe del Estado’”. (302) No obstante, el historiador concluía su texto observando que Franco “es hoy el nombre de un espectro del pasado más o menos incómodo, pero muy real y operativo”. (303) Con motivo de los debates en torno a la Ley de Memoria Histórica, se planteó el problema que representaba el Valle de los Caídos como monumento, pero también y sobre todo la presencia del difunto dictador en este edificio mantenido por el Patrimonio Nacional. El consejo de Ministros en su sesión del 27 de mayo de 2011 creó una Comisión de Expertos para elaborar un informe sobre “las posibles actuaciones a desarrollar en el conjunto monumental” en virtud de la disposición adicional sexta de la Ley 52/2007. Para la Comisión, la presencia de los restos de Francisco Franco en ese recinto dificultaba “el propósito de hacer del conjunto un lugar para la memoria de las víctimas de la Guerra Civil, sin ninguna otra connotación ideológica o política”.304 Este contexto contribuyó a poner de relieve el carácter problemático de la sepultura de Franco y su figuración fantasmagórica se amplificó en los años 2010.

301. MORADIELLOS GARCÍA, Enrique, “Un incómodo espectro del pasado”, “Un incómodo espectro del pasado: Franco en la memoria de los españoles", Pasajes, 2003, n° 11, p.6.
302. Ibid., p.9.
303. Ibid., p.10.

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En un universo audiovisual informativo caracterizado como un fluir sometido al ritmo de un presente en constante proceso de cambio en el que la imagen del día sustituye a la de ayer que se pierde en las memorias, la imagen recalcitrante es la excepción que confirma la regla. Sobrevive más allá del evento presente con el que se relaciona y cobra una vida propia, más o menos duradera, fundamentada en unos dispositivos diversificados que van desde la cita meramente ilustrativa hasta complejos sistemas de reempleos, migraciones o reciclajes en unos soportes que pueden ser diversos hoy en día (prensa, libros, televisión, cine, internet). Su sentido varía en función de su naturaleza (imágenes fijas o en movimiento), de su contexto de emergencia y de la manera en que se manifiesta su persistencia a lo largo del tiempo. En el libro colectivo L’image récalcitrante, Murielle Gagnebin y Christine Savinel han reunido una serie de ensayos que aplican esta idea de persistencia a la imagen artística que no perece porque su sentido no se agota por su infinita riqueza, constituyendo el ejemplo paradigmático de ello la obra maestra, de índole pictórica. Su persistencia se fundamenta en la relación de tipo contemplativo que podemos tener con respecto a ella y en su carácter enigmático (por inagotable) que es casi su esencia: “es el soporte de una cuestión que se queda sin respuesta y que ninguna respuesta agota”. (319) Las imágenes históricas que no son, ni mucho menos, artísticas en este sentido, comparten con ellas una misma característica: suscitan una interrogación “que resiste a todas las interpretaciones y que, más allá de todas las respuestas que se le dieron, sigue vigente”. (320) Cuando la imagen histórica permanece en las memorias, es porque la interrogación que ha suscitado no ha tenido respuesta, más allá de las más o menos numerosas interpretaciones que ha podido generar en el tiempo. El enigma que entraña no ha sido resuelto y, muchas veces, la herida que ha abierto sigue viva. Es una imagen fantasmal, que ronda en el presente a la espera de la representación que resuelva de una vez la cuestión de su sentido. La imagen de Arias Navarro anunciando la muerte de Franco pertenece a esta categoría.

319. GAGNEBIN, Murielle y SAVINEL, Christine (ed.), L’image récalcitrante, París: Presses de la Sorbonne Nouvelle, 2001, p.10.
320. Ibid.

En El Intermedio, su uso ha adoptado la forma de unos vídeos manipulados elaborados por Alberto González Vázquez que trabaja desde el año 2006 para este programa. Informático de formación, el que también es conocido como “Querido Antonio” tiene una amplia producción polifacética en la que “utiliza una amplia variedad de técnicas y formatos: guion, comic, videoclip, publicidad, found footage, animación, collage, ilustración, relato o conversaciones imaginarias de Whatsapp”. (321) Su obra se caracteriza por un arte consumado de manipulación de imágenes que descansa la mayor parte del tiempo en un humor desenfrenado. Fue el 20 de mayo de 2010 cuando por primera vez se valió de la imagen icónica de Carlos Arias Navarro para desviarla de su sentido original y jugar con ella. A partir de ahí, la utilizó de manera recurrente aunque irregular cada año (322), hasta tal punto que casi se convirtió en una suerte de icono del programa al que quedó asociada. Los vídeos siguen circulando ampliamente por internet a través de su difusión en replay o los canales Youtube y Dailymotion con una gran audiencia. Esta persistencia del reciclaje de una imagen es un caso único no solamente en el programa sino más generalmente en la historia de la televisión española.

321. Web del artista. <https://queridoantonio.myportfolio.com/autor> [consulta: 11-01-2020].
322. Son treinta y cuatro hasta la fecha los reempleos de esta imagen (2010-1, 2012-1, 2013-4, 2014-17, 2015-8, 2017-2, 2019-1). Gran parte de la información sobre estos vídeos proviene de la entrevista que me concedió el autor el 18 de enero de 2016 en Madrid, a raíz de la cual me comunicó generosamente los archivos correspondientes a la serie.

El autor ya había visto la secuencia pero cuando la encontró en internet, se quedó “hipnotizado”: “es el paradigma de lo que a mí me viene bien para hacer mi trabajo” (323), comentó. La imagen-fuente sirve de punto de partida a unas parodias que funcionan como unos gags cuya diversidad se ponone a la pobreza audiovisual de la imagen fuente. De hecho, su extrema sencillez contrasta con la mayor parte de las demás imágenes del evento. El molde obedece a “la planificación característica de los informativos televisivos” (324) como observa Manuel Palacio, es decir que se trata de un dispositivo supuestamente neutral y frío, en suma antiespectacular. Visualmente, se eligió la máxima sobriedad para lo que sería la primera imagen oficial asociada con el evento. El uso del blanco y negro refuerza esta impresión. Se trata de un largo plano secuencia de más de cinco minutos, en el cual Carlos Arias Navarro aparece sentado en plano medio, delante del trasfondo neutro de una cortina uniforme. Rígido en su silla, viste un traje negro, con camisa blanca y corbata oscura. Delante de él, en primer plano, una simple mesa sobre la cual está depositado un vaso de agua y en escorzo, dos micrófonos. “Españoles, Franco ha muerto” es la primera frase que pronuncia, escueta, rompiendo el silencio y mirándonos a los ojos. Después de un breve elogio fúnebre (de unos tres minutos), procede a la lectura íntegra del testamento de Franco (unos cuatro minutos) a partir de un papel plegado que saca de su bolsillo, antes de concluir con un retenido sollozo mientras pronuncia la clásica fórmula “Viva Franco, Arriba España”, pero adaptada a las circunstancias como “Viva España, Arriba España”. [Fig.50]

323. Entrevista inédita de la autora con el artista (18-01-2016).
324. PALACIO, Manuel, La televisión española durante la Transición española, op. cit., p.79.

Fig.50. La imagen fuente para unas variaciones humorísticas



Valiéndose de esta sobriedad visual y de la pobre calidad del sonido, Alberto González Vázquez elabora un dispositivo de manipulación basado en la introducción en ella de unos leves desfases que son suficientes para producir la risa: “cualquier modificación que se introduzca en algo tan absolutamente solemne como el anuncio de la muerte de Franco, por mínima que sea, produce de inmediato un efecto cómico”. (325) Empezó con transformaciones de índole verbal, que dejaban intacta la banda de imagen, utilizando recortes de sílabas en el audio fuente para hacerle pronunciar al presidente del Gobierno con su propia voz “lo que quiera, la frase que se me antoje, uniendo sílabas y todo esto queda muy disimulado”. (326) Lo más usual ha sido la transformación del sintagma “Españoles, Franco ha muerto”, por otras frases que sorprenden y crean un efecto cómico (por ejemplo “Paco ha muerto”, o “Juan Carlos es altísimo” en vez de “Franco ha muerto”). Pero con el tiempo y con la evolución tecnológica, el juego de desfases se hizo también de índole visual. Un elemento frecuente de transformación es la introducción de uno(s) plano(s) adicional(es) en el largo plano secuencia de 7 minutos, que crea(n) también un efecto de sorpresa al romper con la continuidad monótona del discurso de Carlos Arias Navarro y presentar elementos totalmente incongruentes. En uno de estos clips, por ejemplo, en el momento en que el presidente del Gobierno pronuncia la célebre frase “Franco ha muerto”, se inserta el contraplano imaginario del papel que ha sacado y depositado en la mesa para leerlo: aparece entonces un jeroglífico en el que la frase “Franco ha muerto” (pronunciada en off por Arias Navarro) es representada por unos dibujos, en particular un flan para la sílaba “Fran”. [Fig.51]

325. Entrevista inédita de la autora con el artista, op. cit.
326. Ibíd.



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