La muerte de Francisco Franco Bahamonde, que tuvo lugar el 20 de noviembre de 1975, después de una larga agonía, más allá de marcar, desde el punto de vista biológico, el final de su vida como jefe de Estado, ha funcionado como auténtico punto de inflexión de la historia contemporánea de España. Se trata de un acontecimiento fundacional para el paso de España a una forma de modernidad política, al hacer posible la vuelta a la democracia.
Las imágenes han desempeñado un papel particular en la historia y memoria de la muerte de Franco. Las pantallas participaron de manera activa en su elaboración narrativa, no solo en el momento de su advenimiento sino también desde la perspectiva de su posterior reelaboración y fijación en las memorias hasta nuestros días. La escenografía visual de su muerte fue particularmente cuidada, según un canon de representación asentado en una tradición monárquica secular, volcada hacia el pasado. Sin embargo, esta imagen oficial pronto se empezó a reelaborar, resignificar y cuestionar mediante nuevos relatos y representaciones.
El objetivo de este libro es estudiar el advenimiento de la muerte de Franco como “nudo de memoria” a través de las imágenes audiovisuales que la relataron como tantas variaciones sucesivas, desde el momento en que sucedió el 20 de noviembre de 1975 hasta su exhumación y reinhumación en el cementerio de Mingorrubio, el 24 de octubre de 2019. Para llevar a cabo esta reflexión, se analizan un conjunto de producciones audiovisuales que permiten contemplar el evento desde diversos modos de representación a lo largo de las décadas.
Si las imágenes oficiales constituyen la matriz y punto de partida de los posteriores relatos, estos se declinaron de manera variada tanto en el ámbito televisivo como cinematográfico, sea en formatos cortos, medios, series o largometrajes. Por otra parte, se han servido tanto de formas documentales como ficcionales. El abanico de registros empleados es muy amplio, con un sinfín de matices que van desde el dramatismo y patetismo de los primeros momentos, obviamente laudatorio, hasta lo burlesco-satírico, pasando por un uso del didactismo o realismo, e incluso de lo fantástico-maravilloso. La caracterización temporal del evento, cubre, en función de los relatos, el periodo que va de su enfermedad y agonía, a partir de octubre de 1975, hasta los funerales y la inhumación que tiene lugar el 23 de noviembre. Los ejemplos considerados demuestran el carácter problemático de la representación de esta muerte más allá de un discurso oficial que trató de consignarla para la eternidad.