Tiempos difíciles los que estamos viviendo. Más la incertidumbre que se acrecienta por lo que vendrá después, cuando todo pase. Costará recuperar el ritmo y la normalidad en el sector del libro que es el que nos atañe. Afectada directamente la cadena librero-distribuidor-editor (sin olvidar imprentas y encuadernadoras), recuperar la normalidad será complicado, si es que en algún momento vuelve a ser igual. Es probable que se abran nuevos escenarios. Por otra parte la venta a países latinoamericanos ha quedado de momento paralizada. Todo ello hace que las consecuencias posteriores sean imprevisibles, a día de hoy no sabemos hasta dónde pueden llegar. Nosotros ya estamos pensando en esos posibles nuevos escenarios, siempre fuera de cuadro. Mientras tanto, acostumbrados a navegar atravesando temporales y expertos en funambulismo, mantenemos el equilibrio ante el abismo que se ha abierto bajo nuestro pies. Pero, como ya dijimos días atrás, no nos detenemos: la web está operativa y, desde el confinamiento, seguimos preparando publicaciones a la espera de poder darles salida o retornar a aquellas que pocos días antes de la declaración del estado de alarma quedaron sin casi poder distribuirse ni promocionarse. Todo ello sin dejar de tener en cuenta que será necesario dosificar las novedades para no saturar de golpe la parte del sector que nos concierne y que, como hemos dicho, quedará "tocado". A continuación unos primeros ejemplos de resistencia al complicado futuro que se avecina:
[Gracias a todas las personas que a lo largo de estos días se han puesto y se ponen en contacto con nosotros para interesarse por Shangrila y por lo que en su actividad le puede afectar el momento por el que todos estamos pasando. Reconforta saber que hay quien valora y se interesa por el trabajo que realizamos. No hay que preocuparse:
Siempre nos quedará El Arrecife de Donovan]
[Gracias a todas las personas que a lo largo de estos días se han puesto y se ponen en contacto con nosotros para interesarse por Shangrila y por lo que en su actividad le puede afectar el momento por el que todos estamos pasando. Reconforta saber que hay quien valora y se interesa por el trabajo que realizamos. No hay que preocuparse:
Siempre nos quedará El Arrecife de Donovan]