Nos encanta cómo calificó a Shangrila a propósito de dicha publicación: "...El libro se abrió como solo lo hacen las flores, de la noche a la mañana, con toda la clandestinidad y descaro a la que nos tiene acostumbrados la editorial Shangrila".
Nos gustan las dos palabras, clandestinidad y descaro. Hay que reconocer que siempre hemos tenido algo de clandestinos, bien porque hay cosas que marcan, bien porque nos mantenemos alejados del tejido de la vida social y cultural, bien porque... Después, en los actuales tiempos de sobre exposición en los medios digitales y la saturación informativa que conllevan, nos decantamos hace cinco meses por dar un paso más con otra "calculada clandestinidad" que ha venido a confirmar que no andábamos equivocados cuando apostamos por dejar de estar presentes en las RR.SS.
Esperamos no perder nunca lo que significa cada una de esas dos palabras. Sobre todo el impertinente y desvergonzado descaro. Porque ¿qué no es otra cosa en los ya mencionados tiempos actuales que exista con tal perseverancia y continuidad un descarado espacio fuera de cuadro como el de Shangrila?
Esperamos no perder nunca lo que significa cada una de esas dos palabras. Sobre todo el impertinente y desvergonzado descaro. Porque ¿qué no es otra cosa en los ya mencionados tiempos actuales que exista con tal perseverancia y continuidad un descarado espacio fuera de cuadro como el de Shangrila?
