Marilyn Monroe, Andy Warhol
Pero, ¿tenían razón? No. Porque algo había desertado de esa imagen industrial: el sufrimiento. La vida de Marilyn, lo sabemos, fue un valle de lágrimas. Lo que sabemos un poco menos es que parte de ese sufrimiento era físico. Mutilaban un cuerpo, era el suyo. Remodelado, desnaturalizado, forzado, hecho de nuevo: un calvario [...]
Solo a través de ella continúa arrasándonos la pasión de ser otro. La pasión de ser otra.