Botonera

--------------------------------------------------------------

24.4.19

II. "Cine-Diario (Edición integral 1981/1986)", Serge Daney, Shangrila 2019






No hay nadie, nadie, que escriba
como escribe Daney, que vea como Daney ve.


Hace unos días anunciamos su publicación. Ahora volvemos a él para prestarle la atención que merece. Cine-Diario fue desde hace mucho un objetivo de Shangrila. Para nosotros se trata de un libro muy especial. Quizá uno de los que más ilusión teníamos en editar y, por qué no decirlo, más orgullosos nos sentimos de incorporar al catálogo de Shangrila y a nuestra particular Biblioteca Daney. Biblioteca que además de este Cine-Diario cuenta con cinco títulos más: Perseverancia, El salario del zapeador, El tenista amateur. Del cine al tenis (y viceversa), El paseo ha sido provechoso, Señor. Palabras sobre el cine y el número que la revista Trafic le dedicó: Serge Daney. Después, con. Y continuará... Ahora llega el turno a Cine-Diario y aprovechamos para recoger una parte del texto de la contraportada del libro:
  
[Daney] acaricia y dispara. Recoge y fulmina. La pregunta es siempre la misma: ¿qué es una imagen? Qué hay detrás, qué hay en la superficie, que hay entre una imagen y otra. Cómo llegar a ver, como quien llega a una zona desconocida e inestable de despojos y ruinas, de óxido y humedad, en la que cambian las reglas de la naturaleza. Como quien viaja a una habitación en la que se cumplen los deseos. Esa habitación es la Zona. Es necesario un guía, un stalker. Alguien que avance al acecho, entre el terror y la curiosidad, atizado por el deseo. “La Zona no existe”, dijo alguna vez Tarkosvki. “El stalker inventó la Zona para llevar allí a personas muy infelices e imponer en ellos la idea de la esperanza".

Como con una película, o nuestra propia vida, lo único importante de la Zona es lo que hagamos con ella. De toda película, de toda vida, parece decir Daney, siempre se puede salvar algo. Él sabe cómo. Daney no fue un teórico ni un crítico. Fue un stalker.