Es hermoso, a mí me parece hermoso, las cosas que vemos, lo que hay en todas partes, es hermoso. Algunas de esas cosas más bien hacen reír, pero eso no les impide ser, también, hermosas. Su forma, sobre todo, me gusta sobre todo la forma de las cosas, ¿se dieron cuenta de las formas que adoptan las cosas? No pienso solo en las nubes. ¿Han mirado ya una silla?
Pero también me gustan los colores. Le sientan a las cosas de una manera increíble. Siempre el matiz que justo hacía falta y a veces, además, la luz que se posa sobre ese matiz. No digo esto para vanagloriarme porque tengo el nombre de un color. Así hablaría la naranja, pero no soy una fruta. Ni una flor, aunque mi nombre también sea el de una flor. Ni Violeta ni Fucsia, yo me llamo Rosa. Pero Escoria, en broma, en algunas ocasiones, cuando me trepo a él, me llama Zarza, y de golpe el nombre de ese arbusto espinoso y florido es el que me queda mejor y el que he conservado, Zarza-Rosa [...]