Josef Sudek
Caminar, acercarse, doblar la esquina con la temerosa probabilidad de no sentir nada o acaso un ligero temblor que no sea suficiente. Una brizna de viento que levante la piel, ni siquiera un escalofrío. Encontrarte frente a la casa en ruinas donde se abren en un instante unos recuerdos que quizá ni siquiera fueron como los piensas.
Si pudiéramos ir, decía Victor Hugo, mas no se puede ver a través de un agujero hecho por el tiempo en el portalón de madera de tu niñez. Pero la memoria lo atraviesa con la facilidad de un suspiro [...]
Pensaste que podía suceder
Olvido Marvao
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