Nanni Moretti
La incredulidad del humilde exhibidor puede ser leída en primer lugar desde el clasismo intelectual. El humor de Moretti –parece sugerir– es tan ácido e inteligente que no está a la altura del espectador medio. En cambio, como ya señaló el trabajo de dos maravillosas analistas (Mazierska & Rascaroli, 2004), las películas del director italiano pueden arrancarnos carcajadas, pero nunca serán comedias. Antes bien –añadimos nosotros–, todas ellas están edificadas sobre el problema melancólico de la ausencia, de la falta. Moretti sabe de sobra que siempre hay una cierta distancia entre las carcajadas y la verdad inconsciente que late bajo ellas. Por ejemplo, sus cuatro primeros largometrajes se realizarán en el terreno puro del Witz freudiano, en la lógica de lo que el psicoanalista vienés llamó “la liberación de la coerción de la crítica”. Nos reímos y liberamos nuestra pequeña carga pulsional, pero detrás de los ojos que miran la pantalla se sugiere siempre una lágrima [...]
Moretti melancólico.
Walter Benjamin en la playa de Ostia
Walter Benjamin en la playa de Ostia
Aarón Rodríguez Serrano
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