Hoy, Lady Shangrila, después de desayunar huevos
fritos con panceta, acompañados de un chorizito al infierno y un capellanet torrat con tres hojas de lechuga y, para asentar la cosa, una
manzanilla con anís tocada de ginebra, conocida es la cualidad espirituosa y
digestiva del enebro, y mientras sonaba en el gramófono “Se pietà de mi non
senti”, de G. F. Häendel, ha comenzado a ordenar datos y les ha puesto un
provisional y sugestivo título: “El maravilloso y multicolor mundo de las
reseñas de libros (de cine) o entre pillos, jetas, maleducados y otros
granujillas de medio pelo anda tan desmadejado juego”. La acumulación de datos
le ha llevado a clasificarlos provisionalmente de la siguiente manera:
a) desconocidos que piden un ejemplar de un
libro para hacer una reseña en una determinada publicación que luego no se
publica y al pedir una explicación el desconocido ha “desaparecido”.
b) desconocidos que piden un ejemplar por
diversos motivos a cual más estrafalario, por ejemplo: para ver si lo incluye
en la bibliografía de un artículo que esta escribiendo para una agencia de
noticias (¡!). La lista de motivos es para encuadrar.
c) conocido colaborador de periódico de gran
tirada que pide un ejemplar para publicar una reseña en el suplemento cultural
del mismo diario. Pasados meses no se ha publicado, se le pregunta y se desentiende respondiendo que eso ya depende del departamento correspondiente
del suplemento y que él anda ahora muy liado. Para pedir el libro y suponemos que leerlo sí que parece que tuvo tiempo.
d) conocida revista en papel pide
ejemplares de libros, se envían y luego nadie sabe dónde están ni si han
llegado a la redacción: han “desaparecido”. La misma revista pide un ejemplar
de un título y después de también “desaparecer” se le vuelve a envíar otro ejemplar, esta vez
se está sobre ello, confirman que lo han recibido y después de varios meses siguen
sin publicar la reseña, se les pregunta, dicen que tienen reseñas anteriores y que la nuestra está pendiente,
pasan más meses, un año, y a día de hoy sigue sin publicarse. Misma revista en papel pide un
ejemplar de un título, se le envía, publican una reseña de un libro distinto
del mismo autor, también de Shangrila, pero editado dos años antes, título que
la misma revista ya publicó una reseña en su momento. Se le pregunta por tal
extraña cosa y les decimos que entendemos que es un error. Después de casi un
año todavía estamos esperando que digan algo. La reseña del libro solicitado,
por supuesto, sigue sin publicarse. Tambien hay que decir que de otros títulos
se han publicado reseñas en esta revista. Pero una cosa no tapa la otra.
e) el director de conocida revista online pide ejemplares de dos libros para publicar sendas reseñas, se envían,
se le pide confirmación de la recepción y lo hace. Después de casi siete meses
siguen sin publicarse las reseñas. Llevamos tres correos preguntándo si se van
a publicar. No se ha dignado contestar a ninguno. Por cierto, en esa revista no
encontramos desde hace tiempo sección de reseñas de libros ni huella de
publicación de estas, por lo menos de un largo periodo a esta parte. (¿?)
f) revistas académicas que se les envía un
ejemplar porque se supone que van a hacer una reseña y con suerte pasados dos
años la publican. Eso sí, suele quedar patente con el texto que por lo menos
este tipo de publicaciones se leen el libro.
g) conocida y veterana revista en papel pide
ejemplares, se envían y luego publican una microportada del libro con dos
frases extraídas del texto de la propia contraportada. Vuelven a pedir
ejemplares de otros libro, se le dice que lo que hacen no es reseñar un libro. Responden de
forma soberbia que ya tenemos suficiente con que una revista como la suya
recoja algún libro nuestro. Vamos, que nos hacen un favor. Literalmente mandamos a la mierda a la revista y a la persona que ha respondido.
Hacemos constar que por lo menos, gusten
más o menos las reseñas que hacen, hay una revista en papel también veterana que recoge todos
los libros que publicamos y otras revistas que los libros que piden publican la correspondiente reseña.
El patío está así. Un patío donde las reseñas
de libros suele ser el “patito feo”, bien porque no se cuida y se trabaja con
mediana seriedad la sección, bien porque esta no existe, bien porque el morro y la falta de consideración campa a sus anchas, como se ha podido comprobar. ¿Cuántas revistas
online de cine, tan atribuladas en recoger la actualidad, tienen una sección de
libros?
Hay
alguna variante más, pero ya es suficiente para hacerse una idea de cómo
funciona una parte de este mundillo. Lo que no sabemos es si el siguiente paso de Lady
Shangrila será publicar el dossier con pelos, mails, nombres y señales. Al preguntarle,
ladina ella, sonríe.