Miami Vice (2006) y Enemigos públicos (2009), Michael Mann, 2001
Tras utilizar las nuevas cámaras digitales para rodar algunos planos nocturnos de Ali (Michael Mann, 2001), Michael Mann ha adoptado desde Collateral (Michael Mann, 2004) la tecnología digital como soporte principal en su cine. Si en Collateral la grabación en vídeo de alta definición se alternó con el uso del soporte fotoquímico, en Miami Vice (Michael Mann, 2006) y Enemigos públicos (Public Enemies, Michael Mann, 2009) se reservó el celuloide solo para algunos planos aislados, mientras que su última película hasta la fecha, Blackhat: Amenaza en la red (Blackhat, Michael Mann, 2015), es la primera obra del director realizada íntegramente en digital. Frente al grueso de las grandes producciones de Hollywood, que emplean las cámaras digitales para conseguir imágenes similares a las obtenidas al trabajar con celuloide, el cine de Michael Mann ha asimilado plenamente los efectos –y defectos– estéticos que la tecnología digital incorpora a la imagen. La lista de esos efectos incluiría, entre otros, una mayor profundidad de campo, una mayor sensibilidad lumínica –que permite el rodaje en exteriores nocturnos sin alterar la luz disponible–, y la obtención de una gama de texturas heterogéneas que varía entre escenas –e incluso entre tomas de una misma escena–. De esta manera, el cine digital de Michael Mann se ha valorado por la conquista de una nueva estética de la imagen, a la vez hiperrealista y onírica, capaz de ofrecer al espectador momentos de gran fisicidad y proximidad.
Sin embargo, reducir el análisis de la obra del director a esos efectos estéticos, supondría obviar una de las visiones más lúcidas que nos ha ofrecido el cine contemporáneo sobre nuestro convulso presente. Las últimas películas de Michael Mann asumen, ante todo, que la tecnología digital se inscribe en un nuevo paradigma de la imagen que tiene múltiples implicaciones en el ámbito discursivo. En ese sentido, dicho paradigma puede abordarse desde la noción de “episteme escópica”, empleada por José Luis Brea en su estudio sobre las distintas eras de la imagen. Lo que Brea denomina “e-image” –la imagen electrónica– no solo presenta unas características técnicas, sino que configura un nuevo régimen escópico ligado a las formaciones sociales y los modos de producción de riqueza. En relación a lo anterior, la imagen electrónica generaría una serie de efectos sobre la configuración de las subjetividades y la experiencia del espacio y el tiempo.
El empleo de la tecnología digital coincide, no por casualidad, con el hecho de que la obra de Mann se haya convertido, de Miami Vice en adelante, en una de las mayores exponentes de un cine “móvil, fluido y discontinuo, apoyado sobre las imágenes y la superproducción de estímulos antes que por la construcción del relato” [...]
Sin embargo, reducir el análisis de la obra del director a esos efectos estéticos, supondría obviar una de las visiones más lúcidas que nos ha ofrecido el cine contemporáneo sobre nuestro convulso presente. Las últimas películas de Michael Mann asumen, ante todo, que la tecnología digital se inscribe en un nuevo paradigma de la imagen que tiene múltiples implicaciones en el ámbito discursivo. En ese sentido, dicho paradigma puede abordarse desde la noción de “episteme escópica”, empleada por José Luis Brea en su estudio sobre las distintas eras de la imagen. Lo que Brea denomina “e-image” –la imagen electrónica– no solo presenta unas características técnicas, sino que configura un nuevo régimen escópico ligado a las formaciones sociales y los modos de producción de riqueza. En relación a lo anterior, la imagen electrónica generaría una serie de efectos sobre la configuración de las subjetividades y la experiencia del espacio y el tiempo.
El empleo de la tecnología digital coincide, no por casualidad, con el hecho de que la obra de Mann se haya convertido, de Miami Vice en adelante, en una de las mayores exponentes de un cine “móvil, fluido y discontinuo, apoyado sobre las imágenes y la superproducción de estímulos antes que por la construcción del relato” [...]
Fragmento de:
De Miami Vice a Blackhat:
notas sobre el cine digital de Michael Mann
De Miami Vice a Blackhat:
notas sobre el cine digital de Michael Mann
Carlos Gómez