Chungking Express, Wong Kar-wai, 1994
(...) ¿Qué quiere decir, en el cine, “límites de la ficción”? ¿Es preciso ver allí una connotación negativa o positiva? ¿Es preciso comprender que la ficción está restringida, obstaculizada, por diversos factores, o más bien que es algo tan potente que puede ir hasta ciertos extremos donde no se la reconoce? Ambas cosas, sin duda, pero en el momento en el que el cine ve impugnado de tantas maneras su monopolio del arte (o del medio) ficcional, es evidentemente la segunda posición la que intentaré ilustrar ante todo. La ficción fue legada al cine por el realismo novelístico del S. XIX; luego adoptó otras formas, móviles, plásticas, inventivas; se disfrazó bajo diversas máscaras, pero siguió siendo siempre el gran motor de la imaginación dominada y socializada. ¿Qué queda hoy de todo eso, cuando se dice por todas partes que los nuevos medios de comunicación, los nuevos aparatos móviles, las nuevas técnicas de la imagen –todas ellas invenciones que datan de menos de un cuarto de siglo– han cambiado en forma decisiva nuestra relación con lo imaginario? Al explorar la ficción en el cine, que tanto la ha cultivado y difundido, y hacerlo a través de sus límites, es esta pregunta la que tengo en mente: ¿es la ficción todavía, es siempre la ficción nuestro modo principal de penetrar la realidad? (...)
Consideraciones actuales sobre el estado del cine
Jacques Aumont