Botonera

--------------------------------------------------------------

23.2.16

III. "JAVIER MAQUA: MÁS QUE UN CINEASTA" - 1: ANÁLISIS DE SUS OBRAS Y 2: ANTOLOGÍA DE SUS ESCRITOS SOBRE CINE Y TELEVISIÓN




Javier Maqua el Festival de Benalmádena, con Florentino Soria y,
de espaldas, José María Prado, Julio Diamante y Andrés Linares



En sus películas, como en sus novelas y obras dramáticas, Javier Maqua parece proceder a la manera de [Erich von] Stroheim (según [André] Bazin), es decir: con una sola norma: mirar de frente y muy de cerca lo real, mirar insistentemente, con detenimiento, sin apartar nunca la mirada, hasta que lo real se desnuda y ofrece su entera fealdad y crueldad. El estilo-Maqua, que transita el melodrama o la comedia negra para rebasar sus linderos, es stroheimniano; pero, además, posee el instintivo toque de humor que Buñuel exhibió, pongamos por caso, en la secuencia de la cena de los mendigos de Viridiana (1961). Es el suyo un humor que propende inexorablemente al sarcasmo, y que fomenta una teratología que sería intolerable si no fuera acompañado de cierta caridad, de cierta compasión del mencionado punto de vista, de una caricia explícita, consoladora, para con sus personajes.

Maqua, experto en ruinas, emplea procedimientos arqueológicos para desvelar lo real: cava y cava hasta dar con el yacimiento, el primer rastro curvo de una calavera o de un fémur alongado, una vasija rota o una fíbula herrumbrosa. Después, con pinceles cada vez más finos, más sutiles, deja entrever los volúmenes, las figuras soterradas; y las exhibe al final en toda su esplendente palidez. Y suele ser ese descubrimiento, como el de las ruinas de Pompeya que se escenifica en Viaggio in talia (Te querré siempre, Roberto Rossellini, 1953), algo así como el de los dos amantes calcificados bajo la lava, vestigios de una ternura fósil: una reverberación atroz, una anagnórisis pasmosa. (Sarcasmo: una forma de hincar el diente en la carne cruda).

Podría, pues, discriminarse, a bote pronto, media docena de estilemas recurrentes en la obra creativa de Javier Maqua en cualquiera de sus variantes: 1. Atraviesa lo atroz (y lo escatológico, en el doble sentido del término) aminorándolo mediante el humorismo y la compasión. 2. No oculta las meadas, las toses, el sexo en carne viva. 3. Rehúye lo fácil, lo bonito, lo kitsch; pero no lo melodramático, lo sentimental, lo popular. 4. Actualiza el arte del pasado (desde Dziga Vertov a Rossellini) para hablar del presente, a menudo pavoroso. 5. Su máxima: contar pensando; pensar contando. 6. Se arriesga a crear “nuevos verosímiles” aun a costa de parecer inelegante o poco poético (en el sentido más banal del término; el que está asociado al decoro burgués) y cosechar con ello una notable incomprensión.

MONTIEL, Alejandro, “Algo, y solo algo, del cine de Javier Maqua”, El Viejo Topo, nº 255, recogido en Javier Maqua: más que un cineasta 1.