Le caddy, Sylvie Fleury, 2000
Soy la chica de las bagatelas. Era niña bagatela hasta que el hombre chispa apareció en el supermercado. Qué niña más rica, me halagan babosos y babosas al acercarse al anclaje de los carritos. Y yo dedico una sonrisa angelical a cada baba. Llegó él y me dijo: Tú serás una bagatela en mi ciudad de chispas. Erosiono a las cajeras, solo el hombre chispa comprende.
Cuando el hombre chispa llegó a Baviera, el príncipe ya había sido asesinado y perdió el ritmo inicial del tiempo.
Este será un edificio en ruinas, repite constantemente chica chispa. Y sin disimulos va corroyendo las paredes de la portería desde los cimientos. Ella, mientras corroe paredes y cajeras automatizadas: De todos los frentes que mantiene abiertos, el más alarmante es saber que las casas son tumbas abiertas, manzanas agujereadas que continuamente son refugio de termitas. Él, según va comprobando cómo ella tiene cada mañana sus colmillos más afilados: No podrá corresponder a las dentelladas de mis colmillos con la misma intensidad (...)
Cuando el hombre chispa llegó a Baviera, el príncipe ya había sido asesinado y perdió el ritmo inicial del tiempo.
Este será un edificio en ruinas, repite constantemente chica chispa. Y sin disimulos va corroyendo las paredes de la portería desde los cimientos. Ella, mientras corroe paredes y cajeras automatizadas: De todos los frentes que mantiene abiertos, el más alarmante es saber que las casas son tumbas abiertas, manzanas agujereadas que continuamente son refugio de termitas. Él, según va comprobando cómo ella tiene cada mañana sus colmillos más afilados: No podrá corresponder a las dentelladas de mis colmillos con la misma intensidad (...)
Fragmentos escogidos
de una nouvelle de MJ Romero
de una nouvelle de MJ Romero
en La supervivencia. Herramientas mínimas
Revista Shangrila nº 25