My Son, My Son, What Have Ye Donne (2009)
(...) Es indudable que Werner Herzog y David Lynch negocian con sus egos desde creencias extremistas. De intereses y métodos radicalmente opuestos en muchos sentidos, también podemos detectar ciertos vínculos que los hermanan. Sus trayectos creativos no en vano se cruzaron (o colisionaron, según queramos verlo) en el año 2008, en el que Herzog dirigió una película producida por Lynch –“David Lynch presents…”–, que podemos entender no tanto como la hibridación de sus voces como el encontronazo de sus desenfrenos. Ciertamente lunática y esquizoide, vaya por delante que My Son, My Son, What Have Ye Done? no se cuenta entre lo más memorable de la filmografía herzogiana (y menos aún de la lynchiana), si bien emerge como precioso objeto especulativo en torno a las combinaciones improbables y las soluciones insolubles.
Intrigado por el encuentro que puso en marcha la esquizofrenia creativa del discurso herzoguiano en el marco de producción de la poética lynchiana, tuve la oportunidad de preguntar directamente a ambos creadores sobre los detalles de aquel encuentro seminal. Aunque morosos y no especialmente dados a entrar en detalles, sí revelaron lo suficiente, cada uno por su lado, como para disparar aún más la calenturienta imaginación de cualquier cinéfilo. Si quieren, repito, llámenlo mitomonía (...)
Intrigado por el encuentro que puso en marcha la esquizofrenia creativa del discurso herzoguiano en el marco de producción de la poética lynchiana, tuve la oportunidad de preguntar directamente a ambos creadores sobre los detalles de aquel encuentro seminal. Aunque morosos y no especialmente dados a entrar en detalles, sí revelaron lo suficiente, cada uno por su lado, como para disparar aún más la calenturienta imaginación de cualquier cinéfilo. Si quieren, repito, llámenlo mitomonía (...)
Flamencos rosas:
My Son, My Son, What Have Ye Done (2009)
My Son, My Son, What Have Ye Done (2009)
Carlos Reviriego
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Trayectos libros - 448 páginas
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