Botonera

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30.9.15

XXXVII. EL VUELO DE UNA LÁGRIMA: "THE WHITE DIAMOND" (2004), Alexander Zárate: "Werner Herzog. Espejismos de sueños olvidados".




The White Diamond (2004)



Un blanco diamante que vuela, un globo. Una lágrima que asciende para aliviarse de un peso.

Hay un blanco diamante que se extrae de la tierra, en plural, en las minas de Guyana. Y hay otro, singular, un globo aerostático, que intenta elevarse hacia el cielo, sostenerse sobre las copas de los árboles, sobre la fronda de los bosques de Guyana, desafiando a esa gravedad que nos atrae hacia el centro de la Tierra, pese a que nos separen miles de kilómetros. Esa gravedad que nos mantiene con nuestros pasos en el suelo. Aunque saltemos, la gravedad nos hace retornar a nuestra condición. Y cuanto más elevadas las alturas, más fatal la caída. La gravedad se convierte en un mazo que pisa nuestros pasos. Pero aunque no dispongamos de alas, la imaginación vuela y desafía a la naturaleza. No ha dejado de inventar artilugios que surquen lo que no parecía posible. Y los cuerpos se sostienen sobre el aire, aunque no sea de modo permanente. La mirada de Herzog desafía a la gravedad de mirarse a uno mismo, de mirar, una y otra vez, como quien mira señales de tráfico, a la realidad configurada y apuntalada en sus límites de trámites y hábitos, la gravedad de los familiares códigos de circulación por una realidad que presupone, la gravedad de la mirada que no aspira sino a reconocer, pero no a explorar, interrogarse. La mirada del cine de Herzog intenta elevarse a la vez que abrir brechas en esa gravedad de mirada, y lo consigue con esos fulgores que hacen de la pantalla asombro y epifanía, como ese encuadre que respira con miles de vencejos de punta blanca penetrando en la cueva tras la cascada de Kaieteur. Nadie ha logrado entrar en ese interior, nadie ha logrado hollar ese espacio, materia de leyendas para quienes habitan esas tierras. Lugar sagrado que prefieren mantener no visible, incógnita no resuelta, como si, para algunos humanos, fueran necesarios los territorios desconocidos, los misterios, en el mapa de la realidad. Un extranjero, el doctor de la expedición, sí logra entrever su interior, suspendido de una cuerda, pero los nativos prefieren no saber. Su realidad se resquebrajaría con esa certeza.

En cambio, para Herzog, la vida está alentada por las incógnitas, por cielos y cavernas a explorar, territorios desconocidos, umbrales que cruzar para dotar de luz a la ignota negrura (...)




El vuelo de una lágrima:
The White Diamond (2004)
Alexander Zárate

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