¿Qué esperamos de una imagen?
En Facebook (...) esperamos que diga algo de nosotros, de nuestra vivencia. La obligamos a comparecer junto a nuestro nombre, ofreciendo una información sobre nuestro valor –nuestras habilidades sociales, nuestra capacidad para producir, nuestro sentido del humor o nuestro compromiso político. A veces obligamos a las imágenes a que produzcan dinero, a que nos ofrezcan votos, a que remuevan las conciencias. Las imágenes también funcionan como extraños pasajes hacia nuestros orígenes, nos permiten trepar por los rostros de los muertos –los viejos bustos que Plinio añoraba en los patios de las casas romanas– hasta anclarnos en una perspectiva histórica. Las imágenes momifican, son el resto polvoriento de una mirada, pero nunca son la Verdad.
Y solo en el quiebre de la Verdad se abre el primer abismo de la Shoah. En la angustia –todavía no resuelta– entre la necesidad de decir la Verdad y la imposibilidad de encontrar una imagen que se haga cargo de ella. Porque si acaso fuéramos capaces de enunciar una Verdad –más allá de su propia existencia– sobre el Holocausto, entonces podríamos depurar sus causas y entender que no es un espejo, sino un paréntesis, una excepción, un error de cálculo (...)
Espejos en Auschwitz
Aarón Rodríguez Serrano
