EL CINE ES UNA INVENCIÓN POST-MORTEM
El cine es una invención post-mortem
El cine es una invención post-mortem
Mulholland Drive, David Lynch, 2001
Es impactante observar cuánto la figura de lo “post-mortem” inquieta hoy al cine contemporáneo. La ejecución sumaria, el accidente mortal, la desaparición enigmática de un cuerpo, la inmersión en el coma constituyen los puntos de partida de los nuevos relatos. No solo el filme se abre sobre una escena semejante (un hombre recibe un disparo en la cabeza, se entera por su médico de su muerte inminente, escapa a un accidente de manera improbable) sino que el relato comienza a partir de esa muerte o su inminencia, para explorar los arcanos de un temporalidad paradójica, conjugada en el futuro anterior, post-mortem. El espectáculo inaugural de la muerte ya no conduce a un encadenamiento retrospectivo de flash-backs a efectos de dilucidar las circunstancias particulares del deceso; por el contrario, se precipita en un flash-back hacia el futuro, una anticipación sin memoria (el sobreviviente a menudo es amnésico), luego de la catástrofe, en la que se confunden el tiempo de los vivos y el de los muertos al deshacerse la identidad de cada uno de ellos. Parece que el tiempo fuera reversible, no en su duración sino a la manera de un guante. El revés vale el derecho. El tiempo se escinde, se rasga, se abra para que coexistan, de manera aporética, diferentes dimensiones temporales; el tiempo se extrae de sí mismo. Esta figura común a numerosos filmes presente la curiosa característica de no estar ya circunscrita a su territorio de origen, el territorio del género fantástico. La figura del resucitado, del fantasma, ocupa habitualmente un lugar consagrado: el género fantástico donde vampiros y zombis tienen carta de ciudadanía como señuelos. Ahora bien, la figura de lo post-mortem no se contenta con inventar nuevas temporalidades ficcionales; desplaza igualmente las fronteras entre los géneros, por contaminación, de manera epidémica. La muerte diferida, el lapso entre la muerte y su confirmación, el trabajo del duelo, inquietan también tanto a las ficciones del cine comercial y el cine de autor como a los diarios filmados de los documentalistas. (...)
Fragmento de "El cine es una invención post-mortem"
en El cine es una invención post-mortem, Érik Bullot