Botonera

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19.3.15

XVI. "EL CINE ES UNA INVENCIÓN POST-MORTEM", ÉRIK BULLOT, Contracampo libros 9, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2015.





 EL ÁNGEL Y LA MORDAZA
El cine es una invención post-mortem
Érik Bullot

El crimen de la pirindola,  Adolfo Arrieta, 1965



Rodados entre 1965 y 1969, El crimen de la pirindola, La imitación del ángel y Le jouet criminel forman una suerte de trilogía en la filmografía del cineasta madrileño Adolfo Arrieta. Al hacer uso de un blanco y negro contrastado en el que aflora el espíritu del cine amateur, atravesados por movimientos fugaces, abruptos, estos filmes provocan el encuentro inesperado de un mundo cotidiano librado a la despreocupación y su reverso onírico, cómplice del crimen y el complot. Entre el soñar despierto y el drama sibilino, son filmes que impactan por el carácter lírico de sus imágenes –una bola luminosa que gira, un rostro a ras del agua, un trompo sobre un libro– y la dinámica del montaje, espontáneo, vivo, que pasa de un plano a otro en función de súbitos resplandores, conduciendo el relato hacia bifurcaciones imprevistas. El espectador es presa de un asombro risueño que reside en la naturaleza compleja, incluso indecidible, de estas películas. El relato es discontinuo, lacunar, a menudo onírico, y pareciera que pasa, sin previo aviso, de un tema a otro, multiplicando las ocurrencias. En numerosas ocasiones, Arrieta aludió a su manera de filmar, a diario, sin idea de continuidad, confiando a la operación de montaje la tarea de cristalizar un material hirsuto. “No tenía un guion. Era algo así como un todo, como un sistema: trabajar sin guion, montar al mismo tiempo que filmar, escribir luego de haber visto lo que se había hecho. El guion y el filme se hacían al mismo tiempo”. ¿Se trata sin embargo de filmes ligeros, irónicos, improvisados, inspirados por el espíritu de la época? ¿No debemos insistir por el contrario en el aspecto enigmático que asedia a estos relatos oscuros, tenebrosos? Es difícil pronunciarse al respecto. Parece que el oxímoron es la figura poética privilegiada del cineasta.  (...)


Fragmento de "El ángel y la mordaza"
en El cine es una invención post-mortem, Érik Bullot