La frontera, efectivamente. El límite como metáfora difusa de lo que se desenvuelve en una realidad furtiva y sin nombre. Una economía libidinal de privación y frustración no exenta de un goce perverso, incluso en buena medida abyecto, no solo por proyectarse hacia fuera, hacia los otros, sino también por la tortuosa beatitud de volverse sobre sí.
Ese goce viene de no saber distinguir muy bien entre crueldad y afecto, por ejemplo, o entre cordura y depresión; entre cautiverio y entrega, entre amor y helor, horror. Por ello, esa realidad es como un conglomerado de situaciones diferentes que, sin embargo, ya no parecen demasiado diversas porque, en última instancia, están apuntando a una falta: falta de mundo, falta de objeto preciso, determinado. Falta de ser que, no obstante, si apareciese, acabaría –tal vez traumáticamente, también dolorosamente– con el maleficio que tiene atrapada, sometida en su funesto –y ambiguo, atractivo– sortilegio, a la realidad misma.
Solo de esa indeterminación vive la voz, se alimenta la narración. Ella es el puro origen del cuento.
De la falta, de la tara, de lo ausente, silenciado o muerto, de lo no nacido, se nutre, pues, continuamente la escritura fantasmal y condenada de Fleur Jaeggy, como los personajes de su obra a menudo viven de los muertos, y estos quizás de ellos. Atraída hacia esa luz negra, la ausencia hace de su prosa algo tan conciso, cristalino y lapidario como un epitafio. Así son también los ojos que gustan a sus narraciones: limpios, fríos, levemente deslucidos como por una dejadez o un desgaste ontológicos: la serenidad de quien ya se sabe destruido. Son los ojos de Johannes, por ejemplo, el padre de la muchacha narradora de Proleterka (2001) (...)
Fleur Jaeggy, fronteras infernales de la poesía
Alberto Ruiz de Samaniego
Fleur Jaeggy
Temblor de lenguaje
Temblor de lenguaje
VV.AA.
Swann libros 2
14x19cm. - 178 páginas (14 a color)
14x19cm. - 178 páginas (14 a color)
ISBN: 978-84-941753-5-0
PVP: 18.00 euros
PVP: 18.00 euros