É na Terra não é na Lua, Gonçalo Tocha, 2011
Gonçalo Tocha (Lisboa, 1979) es un cineasta atípico que realiza sus trabajos desde el refugio incontaminado de Las Azores, para emerger tras meses de retiro del mar con películas tan cotidianas como míticas; mágicas en su tránsito entre mundos. Bregado marinero, maneja su nave en una tormenta de registros sin hundirse, virtud que adquiere su máxima expresión en su segundo largo hasta la fecha: É na Terra não é na Lua (Gonçalo Tocha, 2011), resultado de extensas jornadas de grabación en la isla atlántica de O Corvo.
É na Terra não é na Lua: descubriendo paisajes, personas y registros
Vamos a filmar “todas as coisas”. Así acaba el diálogo a dos voces entre Gonçalo Tocha, camarógrafo y director; y Dídio Pestana, sonidista, en el prólogo de É na terra não é na Lua. La cámara muestra cómo un barco se acerca a O Corvo, la isla más pequeña y occidental de las Azores, que queda grabada en toda su majestuosidad, desde el mar. Conforme se cartografía ese paisaje (su puerto, sus acantilados, su frondosa vegetación...) dos monólogos graves y susurrantes, casi cavernarios, se superponen para definir la isla. Muestran sus intenciones. Se han decidido a registrar cada rostro, cada piedra, cada animal, cada instrumento, cada calle, cada planta. “Todas as coisas.”
Este cineasta, que ya se acercara a este archipiélago en Balaou (Gonçalo Tocha, 2007), decide en esta ocasión pasar del mar, protagonista de su anterior largo, a la tierra. Su interés es casi antropológico, pues el proyecto nace de una necesidad de registrar la vida en la isla, para que quede como archivo de la memoria para sus habitantes. Pero una videoteca de las Azores, por extensa y precisa que pueda llegar a ser, nunca alcanzará el carácter mítico que Tocha ha conferido a sus películas. (...)
É na Terra não é na Lua: descubriendo paisajes, personas y registros
Vamos a filmar “todas as coisas”. Así acaba el diálogo a dos voces entre Gonçalo Tocha, camarógrafo y director; y Dídio Pestana, sonidista, en el prólogo de É na terra não é na Lua. La cámara muestra cómo un barco se acerca a O Corvo, la isla más pequeña y occidental de las Azores, que queda grabada en toda su majestuosidad, desde el mar. Conforme se cartografía ese paisaje (su puerto, sus acantilados, su frondosa vegetación...) dos monólogos graves y susurrantes, casi cavernarios, se superponen para definir la isla. Muestran sus intenciones. Se han decidido a registrar cada rostro, cada piedra, cada animal, cada instrumento, cada calle, cada planta. “Todas as coisas.”
Este cineasta, que ya se acercara a este archipiélago en Balaou (Gonçalo Tocha, 2007), decide en esta ocasión pasar del mar, protagonista de su anterior largo, a la tierra. Su interés es casi antropológico, pues el proyecto nace de una necesidad de registrar la vida en la isla, para que quede como archivo de la memoria para sus habitantes. Pero una videoteca de las Azores, por extensa y precisa que pueda llegar a ser, nunca alcanzará el carácter mítico que Tocha ha conferido a sus películas. (...)
Fragmento de
GONÇALO TOCHA, UN CINEASTA INSULAR
Por Víctor Paz Morandeira
JUGAR CON LA MEMORIA
EL CINE PORTUGUÉS EN EL SIGLO XXI
A CUARTA PAREDE
(Coordinación: Horacio Múñoz Fernández / Iván Villarmea Álvarez)
A CUARTA PAREDE
(Coordinación: Horacio Múñoz Fernández / Iván Villarmea Álvarez)
The Searchers libros 2
17x24cm. - 236 páginas
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ISBN: 978-84-941753-4-3
PVP: 18.00 euros
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