Botonera

--------------------------------------------------------------

18.3.14

II. NARRATIVAS [MÍNIMAS] AUDIOVISUALES, Eduardo José Marcos Camilo / Francisco Javier Gómez-Tarín (Coords.), [Encuadre] libros 2, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2014.








PRÓLOGO

De sinécdoques y metonimias

El avance del saber corre paralelo al avance de la reflexión. De esto sabían mucho los griegos y la transmisión de su saber a lo largo del tiempo ha ido pervirtiéndose hasta llegar a una situación actual que, mucho nos tememos, utiliza más las matemáticas (del mínimo común denominador) que la argumentación reflexiva. Porque –he aquí un hecho– la base de toda ciencia está en la formulación teórica de su saber, que puede ser más o menos abstracto, pero su conocimiento requiere de un proceso de narrativización, en tanto forma de comunicar, que permita vislumbrar, a la luz de una aplicación práctica, su verdad. Este galimatías viene a decir, en pocas palabras, que un saber puede acumular datos y cifras pero estos no son nada si no se comunican, previa experimentación, y llegan así a ser considerados como hechos demostrados.

Dicho esto, pudiera parecer que nos situamos frente (enfrentados) a la ciencia. Nada más lejos de la realidad. Donde sí nos colocamos –he aquí otro hecho– es frente (enfrentados) a los usos denigrantes y denigrados de la ciencia, que nos llevan a ese mínimo común denominador que antes mencionábamos. Porque construir saber no puede ser una sucesión de cifras ni una acumulación de estadísticas; esa frialdad del dato empírico nos lleva a la renuncia del sujeto, y el sujeto es y debe ser parte integrante del conocimiento. Y –¡al arroyo, infieles! – el sujeto produce subjetividad.

Tomamos, pues, una nueva opción, más radical: la de no limitarse a poner en común saberes dispersos, sino enfocar hacia una cuestión concreta los múltiples esfuerzos de diferentes individualidades, sean cuales sean sus perspectivas. La opción, a la vista de los tiempos que corren, no puede ser otra que dedicar los trabajos teóricos a la aparición de múltiples discursos audiovisuales que están surgiendo al amparo de eso que denominamos nuevas tecnologías y que ya no lo son tanto. El reto: aplicar los conceptos analíticos que previamente han venido dando excelentes resultados en el texto fílmico a microrrelatos, nuevos formatos, etc., para ver de su utilidad o, en su caso, para redefinirlos y, llegado el caso, incluso anularlos para sustituirlos por nuevos procedimientos.

El libro que el lector tiene entre sus manos (o a la vista del tablet u ordenador) no avanza cronológicamente, es rizomático. El propio índice señala con claridad los conceptos abordados: de la publicidad a la televisión, del videoclip al tráiler, del cortometraje a las secuencias-paradigma, del análisis cuantitativo a los créditos, de la animación a los videojuegos, y de estos al documental en la red, a los tablets y a la realidad aumentada o los juegos para móviles. Son todos ellos discursos plenos, pero mínimos, o discursos incompletos, pero esenciales.

Lo cual nos lleva al origen etiquetado de esta introducción: de sinécdoques y metonimias. Un texto mínimo, un microrrelato, actúa como la parte por el todo (una sinécdoque) y por ello mismo es susceptible de ser analizado como entidad discursiva plena. A este ejercicio de, si se quiere, elucubración teórica, nos dedicamos en las páginas que siguen. Pero, seamos ambiciosos, lo que aquí hemos pretendido no es analizar y quedarnos en esa superficie de la teoría, sino construir teoría, que puede ser nueva o puede matizarse, o cambiarse… Ahí el paso es diferente porque ponemos una cosa en el lugar de otra (una metonimia): análisis aplicado como paso imprescindible para la construcción teórica que es, en esencia, el objetivo final de estas páginas y que el lector podrá comprobar tanto leyendo a la línea, como entre líneas.

(...)

Hay que decir, para concluir y porque es de rigor hacerlo, que en los últimos años (¿tres, cinco?), algunos profesores, con perdón, preocupados por el azote del látigo contra la teoría, hemos cruzado experiencias a ambos lados de eso que llaman fronteras (en este caso, la que separa Portugal de España) De una forma no institucional, ni empírica, ni deseosa de rentabilidades curriculares, ni dogmática… ni otros muchos nis… pensábamos que la suma de un saber y otro saber, próximo o alejado, daría como resultado un saber superior que no sería suma sino multiplicación. Y, cuando menos, abocaría a una relación comunicativa que difícilmente podría ser desbaratada por las sempiternas fuerzas de lo establecido. De ahí que, como se suele decir, no están todos los que son pero son todos los que están. 

Fruto de semejante audacia nos relacionamos repetidas veces a ambos lados de la frontera: hoy un seminario aquí; mañana una conferencia allá; te paso unos textos, me pasas unas diapositivas; sacrificamos en el altar de la amistad el protocolo y lo políticamente correcto, como siempre debiera ser, pero casi nunca lo es. Acuerdos de base, al margen de la norma. Eso, y no otra cosa, implica el término “universidad”, tan alicaído y enfermizo con los años y las políticas que la rigen. Y bien, fruto de tamaña afrenta, han aparecido ya, hasta el día de hoy, dos volúmenes de lo que, osadamente, bautizamos como Saberes para compartir / Partilhar saberes (edición bilingüe de texto mutuos). Porque, en esencia, se trataba de eso: de poner letra sobre letra, palabra sobre palabra, lo que a uno y otro lado íbamos trabajando, sin pruritos, sin mezquindades, solamente por el placer de encontrar un nudo común, un nexo, una capacidad de reflexión que pudiera indicarnos si el camino emprendido era correcto o no lo era. A la vista de las posiciones jerárquicas que imponen su criterio en estos lares, no lo era, pero eso nos preocupó más bien poco, por no decir nada. El vínculo ha funcionado y nos ha permitido edificar esta matriz de textos que se ocupan del sentido de micronarraciones, o eso que hemos dado en llamar narraciones mínimas, a sabiendas de que, en este contexto, lo mínimo puede y debe ser máximo.

Estos textos –ya la tercera entrega con propia entidad de Saberes para compartir / Partilhar saberes-, y todo lo que hay tras ellos de dedicación, sensibilidad y abordaje de perspectivas con independencia absoluta de los parámetros normativos que rigen en nuestros contextos institucionales, pensamos que ilustran a la perfección aquello que es factible en el terreno de la teoría, pese a que las instancias de poder se empeñen en obstaculizarlo. Se puede alegar la inutilidad del análisis de los textos audiovisuales, quizás su inutilidad social; es posible, pero hay una utilidad mucho mayor: la del pensamiento, la de la argumentación, la de servir al desarrollo de una mente abierta y capaz de dilucidar lo que puede interpretar y lo que “debe interpretar”, sin quiebras, sin encarcelamientos. El empirismo rampante (este término, que repetimos una vez más, se utiliza a sabiendas de lo que tiene de lovecraftiano) ha encarcelado el dominio del sujeto y del espíritu, el dominio de la subjetividad, que aquí reivindicamos, dentro del orden impuesto por aquello que un texto permite que se diga de él. Nunca más allá, nunca más acá.

Lisboa / Valencia, abril de 2013


NARRATIVAS
[MÍNIMAS] AUDIOVISUALES
Coordinación
Eduardo José Marcos Camilo / Fco. Javier Gómez-Tarín


[Encuadre] libros 2
17x23cm. - 368 páginas
ISBN: 978-84-941753-6-7
PVP: 22.00 euros