Botonera

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5.2.14

IV. MARCEL HANOUN







Túnez, 1929 - Créteil, 2012.

Cineasta en pie de guerra con la industria del cine comercial que adormece la conciencia de sí, esto es, de los propios poderes. Hace la guerra haciendo, de la cámara, un ojo sensible a los umbrales, los márgenes y las mareas. Actor, guionista y productor, esto es, creador integral. Aviador profesional con vocación de riesgo, así en el cielo como en la tierra. Creyó en el filme como una obra en perpetua e interminable construcción, compartida con un espectador activo. En la imagen como un gesto político, sin carné partidario ni pretensiones pedagógicas. Y en la palabra como otra forma del acto de mirar, preferiblemente hacia adentro, para interrogarnos quiénes somos y de qué seremos capaces.

Rodó en todos los soportes que estuvieron a su alcance, para indagar qué había del otro lado de un espejo. (...) Creyó en la memoria como una red en la que atesorar dibujos o preguntas, puestos a salvo del vértigo de la velocidad y del avance lento e inflexible del agua. (...)

Su reflexión a través de la escritura enriqueció su creación fílmica y lo acompañó en una trayectoria a la vez compleja y ascética, exigente.

En la década de los sesenta estuvo en España donde realizó una serie de significativos documentales hasta llegar a la importante e innovadora  Octubre à Madrid (1967). Desde entonces, España fue para Hanoun un lugar para la amistad y acogió siempre en su casa, con cariño y generosidad, a los cineastas que desde nuestro país se acercaron para conocer de primera mano su magisterio. Y es esa generosidad suya, tan afable y sincera, la que lo convierte en una rara avis de la fauna cinematográfica.