Botonera

--------------------------------------------------------------

18.12.13

XXX. "¿POR QUÉ ODIAMOS A ANGELOPOULOS?", Ricardo Adalia Martín, Shangrila revista nº 18-19, "Theo Angelopoulos. El paso suspendido: punto de encuentro".





Stephen Shore







Me llamo Ricardo Adalia Martín y he nacido en algún momento de la década de los ochenta del siglo pasado. Pertenezco, por lo tanto, a la primera generación cuyo desarrollo biológico, emocional y afectivo corre de forma  paralela a la eclosión de todas las tecnologías digitales que ahora nos rodean cotidianamente. Nuestra relación con las imágenes ha sido más íntima y cercana que aquella que han mantenido los que nos preceden en el tiempo. Nuestros padres y abuelos nos contaban sus aventuras de fin de semana en los cines de provincias donde pasaban la tarde gracias a los programas de sesión doble, mientras comenzábamos a tejer una relación con el cine en casa, manipulando a nuestro gusto las películas que alquilábamos en el videoclub de la esquina o que grabábamos de la televisión. Sin saberlo, estábamos construyendo nuestra particular “política de la imagen” con una forma de conocimiento, a través del montaje casero. A nuestra generación se la mirará siempre con cierto recelo porque se ha retratado como un icono de desorientación total en el mundo. Pero pocos se acordarán de que el momento clave para conformar nuestra identidad personal se forjó sobre una paradoja: una falla insalvable entre lo que nos transmitían qué debía ser una imagen y la forma en que teníamos de relacionarnos con ella. Un cambio de régimen en el que, además, escuchábamos el lamento por un cine que había muerto para conformar una nueva paradoja en el momento que comenzábamos a intentar descubrir lo que es el cine.

Por otra parte, la generación a la que pertenezco es, sin duda, la primera que ha vivido en un tiempo de paz casi completo: no ha sufrido en sus carnes guerra, dictadura u otra forma autoritaria de gobierno. Llegamos tarde a los conflictos de la historia. Toda “la barbarie” nos queda lejos. O bien a muchos kilómetros de distancia, mientras la contemplamos en el tiempo real que generan las corrientes de información que nos rodean. O en otro tiempo histórico, al que accedemos gracias a los diferentes relatos y ficciones de la humanidad. Pero, justo en el momento en el que realizábamos el tránsito desde la adolescencia a la edad adulta, nos encontramos ante otra extraña paradoja: la caída de las Torres Gemelas de New York el 11 de septiembre de 2011. Paradoja, porque en unas pocas horas asistimos a la constitución de una variable histórica, de una de esas escasas bisagras donde la humanidad logra cambiar de época. Y no habíamos necesitado reconstruir una serie de hechos desde los diferentes relatos sobre los que se sostiene la historia, ni a partir de los ecos de las diferentes formas de transmisión oral: vivimos un tránsito vital sin (...)


¿Por qué odiamos a Angelopoulos?
Ricardo Adalia Martín







THEO ANGELOPOULOS
EL PASO SUSPENDIDO: PUNTO DE ENCUENTRO
Shangrila revista nº 18-19
20x28cm. - 328 páginas