PUEBLA MARTÍNEZ, Belén; CARRILLO PASCUAL,
Elena; IÑIGO JURADO, Ana Isabel (coords. y eds.)
Ficcionando.
Series de televisión a la española,
Madrid: Fragua, 2013
Elena; IÑIGO JURADO, Ana Isabel (coords. y eds.)
Ficcionando.
Series de televisión a la española,
Madrid: Fragua, 2013
POR AGUSTÍN RUBIO ALCOVER
Universitat Jaume I (Castellón)
Universitat Jaume I (Castellón)
SIC TRANSIT GLORIA TV
En esta prolongada
cresta de la ola –¿en el arranque, el punto medio o la caída?– de los estudios
sobre el medio televisivo, y en particular sobre la dichosa edad de oro de la
ficción catódica, llega a nosotros Ficcionando. Series de televisión a la
española. Este libro de compilación, impulsado por tres jóvenes investigadoras
de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, recoge los resultados de una
jornada celebrada en septiembre de 2012, y que ahora, con algunas
modificaciones menores de títulos y autores, ven la luz en volumen. El
propósito es noble y sincero, aunque tiene debilidades congénitas, la principal
de las cuales consiste en su naturaleza reivindicativa a imagen de. No
en vano, la introducción comienza con una paráfrasis de los principios de los
cuentos tradicionales: “Érase una vez un país donde su ficción televisiva no
era bien tratada (…) la realidad de la ficción española es que, en nuestras
circunstancias, hacemos productos de calidad que merecen tenerse en
consideración…”. Ello sitúa el estudio en la estela del aluvión de
publicaciones que están abordando el fenómeno, centradas casi invariablemente
en el ámbito anglosajón –significativamente, las series foráneas que se
mencionan a lo largo de Ficcionando son, salvo contadísimas excepciones,
estadounidenses–; de modo que el tono que predomina es el de la petición de
atención y comprensión para el objeto, incomparable pero cercano. Un vistazo a
la historiografía sobre nuestro cine ilustra las trampas y limitaciones que se
siguen de ese enfoque –o, para ser más precisos, de esa presuposición–; vicios
en los que convendría que no cayeran los estudiosos en materia televisiva.
De entrada, se
agradecen la lógica de la propuesta, organizada en cuatro bloques que se
prestan a ser leídos por orden, y la proporción entre las partes y los textos
mismos, cuya extensión es muy pareja. La primera lleva por título “Los géneros
de la ficción española”, y se concreta en cinco textos en torno a “La comedia
de ficción en España. Características y evolución del formato”, en el que Belén
Puebla completa y actualiza la tipología, con un mapa sinóptico muy útil; el “Renacer
histórico de la ficción española”, de Graciela Padilla Castillo; “Las claves de
la ciencia ficción en España”, de Ana Isabel Iñigo, Macarena Gómez Manteiga y
Marina Recio Delgado; “La biopic televisiva o el juego de hacer creer”, donde
Belén Puebla, Elena Carrillo y Marina García Garrido comparan las
aproximaciones en forma de miniserie de Antena 3 y Telecinco a figuras tan
controvertidas como Isabel Pantoja, con sabrosas conclusiones; y “Las series de
animación infantiles. Un producto global que pretende ser educativo”, de Ana
Isabel Iñigo, que analiza las creaciones de empresas españolas como BRB
Internacional, Cromosoma, Imira y Zinkia Entertainment.
El segundo bloque
acomete la representación en la ficción televisiva española contemporánea de
cuatro realidades sociales con las que el telespectador es invitado a
identificarse; a saber, la mujer (“Rasgos definitorios de la mujer en las
series de ficción televisiva española”, de Erika Fernández Gómez, Fátima Gil
Gascón y Francisco Segado Boj, que acotan su estudio a series de la temporada
2010), la familia (“La representación de la familia en la ficción televisiva
española”, de Elena Carrillo), la homosexualidad (“Queer-TV: series de
ficción y homosexualidad en España, un intento por visibilizar el colectivo
homosexual”, donde Almudena García Manso repasa cronológicamente una imagen, a
su juicio, unidimensional) y el amor imposible (“El triunfo del amor
imposible”, por Elsa Moya de la Llave). Es el grupo de textos más claramente
identificado con los estudios culturales.
El tercer apartado lleva
por título “Más allá de las series de ficción”, y se acerca al cambiante
escenario tecnológico-mediático de las series de ficción; es decir, a los
nuevos soportes, formas de consumo y estrategias de amortización que están alumbrando
el surgimiento de formatos o provocando la redefinición de los clásicos. Aquí
se incluyen artículos acerca de “La exportación de series de televisión en
España”, de Paula Requeijo Rey, en un texto esencialmente informativo pero muy
aleccionador; el “Brand placement y ficción audiovisual televisiva en España:
estudio de casos de seis series de éxito”, de Jesús Segarra Saavedra y Cristina
del Pino Romero; la “Interactividad y participación en las webseries españolas”,
de Rainer Rubira García; y las redes sociales (“Traspasando la pequeña
pantalla. Las redes sociales en las series de ficción”), en el que Flávia Gomes
Franco e Silva demuestra el escaso provecho que Águila roja, Tierra
de lobos o El barco han obtenido de tan prometedor recurso para
estrechar lazos entre el polo emisor y la audiencia.
La última parte
incluye sendos estudios de caso. El primero se ocupa de la miniserie 11-M.
Los hechos probados, y corre a cargo de José Manuel Sánchez Duarte, Raquel
Pastor Crespo y Sonia Piasecka. Los autores tratan de analizar la capacidad de
la ficción de incidir en la interpretación de acontecimientos verídicos por
parte de la ciudadanía, a partir de la constitución de un grupo de discusión. A
propósito de Cuéntame cómo pasó, Bruno Carriço de Reis escruta en la
correlación entre la serie y la construcción de la memoria histórica de la
transición, pero se convierte más bien en la constatación de la pervivencia de
las dos Españas con el serial como excusa; porque a lo que se dedican los
espectadores consultados es, mayormente, a lanzar soflamas partidistas… Por
fin, el artículo más convencional y, a juicio de quien suscribe, el más
fructífero, versa sobre Crematorio. Zoila Díaz Maroto Fernández-Checa,
Elena Carrillo y Belén Puebla comparan el texto literario con la adaptación.
Señaladas la buena
mano en la constitución de una obra coherente y las virtudes de los textos
autónomos, cabe oponer que se echa de menos la atención a otros enfoques
complementarios, imprescindibles desde el punto de vista de quien suscribe,
como el proceso de producción de las series o la puesta al día económica,
tecnológica y estético-narrativa que las series han experimentado en nuestro país,
para tratar de homologarse con las foráneas por medio de la asunción de unos
determinados estándares de calidad. Es preocupante no tanto la ignorancia como
el desprecio, manifiesto y autoconvencido, por una faceta que la Universidad,
salvo honrosas excepciones, identifica con el empirismo y el antiteoricismo;
una falacia muy cómoda, puesto que exime de la obligación de ponerse al día en
una materia ardua, reservada para auténticos especialistas.
La lectura del
libro puede dar pie a otra urgente reflexión en torno a la espinosísima
supeditación de la agenda del discurso académico a las modas, productivas,
temáticas e ideológicas, origen de una amnesia que contradice clamorosamente
uno de los objetivos fundamentales de la institución universitaria: el conocimiento
no solo del presente, sino del pasado, en la esperanza de que una comprensión
profunda de éste ilumine el hoy, contemplado así con una cierta distancia, un
necesario desapasionamiento. A este respecto, en el texto sobre el amor
imposible –en el que se menciona a los filósofos que han abordado la materia,
como Nietzsche, Unamuno, Ortega y Gasset, Erich Fromm, Robert Stenberg, Zygmunt
Bauman y… Eduard Punset–, hay frases muy representativas, como la afirmación
categórica de que en las series españolas no ha habido, hasta hace cuatro días,
finales trágicos para las historias de amor imposible –la hipótesis, de hecho,
de un artículo que, por lo demás, reviste interés: “Sin tetas no hay paraíso
[es] la primera serie de ficción española donde la historia de amor de la
pareja protagonista tiene un trágico desenlace al verse truncada por la muerte
de uno de los enamorados”. A la luz –sin necesidad de profundizar ni de
remontarse más– de la nómina de adaptaciones de clásicos literarios que RTVE
llevó a cabo de la transición en adelante, como Cañas y barro, La
barraca, Fortunata y Jacinta, La Celestina, La Regenta
o Los pazos de Ulloa, una frase tan categórica se demuestra
palmariamente falsa. Quien firma ha encontrado en este libro motivo de asombro
ante la evidente fungibilidad de la fama televisiva: los megaéxitos de hace
nada, los años noventa, y los investidos maestros del medio, como es el
caso de un Vicente Escrivá, apenas merecen una triste mención. No es cosa menor
la desmemoria de la disciplina, tal y como se está configurando, hacia un
pasado inmediato cuyo decreto de obsolescencia cada vez se adelanta más. Ubi
sunt los hits pretéritos? Ubi sunt los fracasos? ¿Es posible
la sistematicidad –condición para el saber científico– en relación a un tema,
solo a partir de lo que consagra el presente, o una parte del ayer según una
tradición muy mediatizada (Verano azul = la ficción de los ochenta)?
Águila Roja